Conclusiones del primer grupo
“Nosotros opinamos que una de las formas de prevenir tantos accidentes de tránsito, principalmente de motos, sería que las sanciones sean más duras para aquellos conductores que no respetan las normas de seguridad y que la Policía esté autorizada a tomar las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los demás.
Una de las primeras medidas que debe tomar la Policía es ir a los lugares donde los adolescentes se juntan a hacer picadas, como la ruta 2, ruta 9 camino a Royal House, ruta 158 y ruta 4.
Como adolescentes, vemos que hoy en día la mayoría de los conductores de motos son menores y nosotros nos ponemos a pensar: ¿qué tienen en la cabeza los padres a la hora de darles una moto grande, sabiendo la inconsciencia y la falta de conocimiento que tienen? Y la gran mayoría no se da cuenta del peligro que puede correr su vida y la de los demás ciudadanos, creyendo que se la saben todas y que a ellos nunca les va a pasar nada. Creemos que la educación y la concientización deben comenzar por sus padres, pero por desgracia los padres tampoco toman conciencia. Para nosotros el principal factor de accidentes es la alta velocidad a la que andan, muchos manejan borrachos y en varios casos estos factores terminan con la muerte.”

Martín Montero, Diego Fraire, Gonzalo Cardozo, Alfaro Olmos, Lucas
Pedernera, Franco Cuello,
Victoria Negro y Agostina Aquistapace

Conclusiones del segundo grupo
“Es lamentable que en un país los accidentes de tránsito sean la principal causa de muerte, pero más aún es ver que la mayoría de ellos son protagonizados por menores de treinta años debido a la falta de conciencia y la poca valoración por la vida propia.
En otros países del mundo no existen tantos semáforos, barreras o controles policiales que alerten sobre normas de tránsito a conductores, como a peatones, sino que cada ciudadano las conoce y cumple estrictamente.
El fin de semana pasado quedó en evidencia esa falta de conciencia en los jóvenes y desde nuestro punto de vista como miembros de esta generación creemos que la solución no está en aumentar controles policiales o las sanciones a las infractores, sino que la conciencia debería partir de la familia misma y de cada uno de los ciudadanos, ya que al manejar imprudentemente no sólo arriesgamos nuestras vidas, sino también la vida de otras personas, haciéndoles pagar el precio del mal accionar ajeno.
¿Cuándo habrá suficientes muertes por picadas, carreras, alcoholismo o cualquier otra imprudencia para que reflexionemos? Asumamos de una vez que con esto no perdemos un simple número de personas, sino que se destruyen familias completas, se pierden amigos, vecinos y conocidos. Debería haber un cambio profundo en el pensamiento de las personas para cambiar de aquí en más la manera de conducir.”

Ayelén Belis, Sofía
Banchio, Florencia
Ghirardi, Ayelén Lucero, Andrea Sandrín, Celeste Tello y Melina Vesprini

Conclusiones del tercer grupo
“Hemos llegado a la conclusión de que la mayoría de los accidentes se pueden prevenir. Para que esto sea así, todos debemos tomar conciencia acerca de qué está bien y de lo que no, pero para esto debemos estar al tanto de todas las normas de tránsito. Aunque, en nuestra opinión, todos sabemos cuáles son pero preferimos ignorarlas; que todos o en su gran mayoría piensan que los accidentes sólo les pueden pasar a otros, y teniendo estos pensamientos, vamos formando parte de esos otros.
La mayoría de los accidentes y muertes que éstos causan, ocurren porque no son conscientes del peligro que acarrea hacer las cosas mal.
Tenemos el caso de las últimas cuatro muertes que ocurrieron en los últimos cuatro días, todos jóvenes que por falta de conciencia o quizás de responsabilidad, resultaron víctimas de accidentes terribles.
En el caso de tres de estos adolescentes conducían una moto a gran velocidad, todos sin casco, y uno de estos sin luz. La cuarta víctima, que conducía un auto, no se encontraba en condiciones de hacerlo.
En estos casos, mucho tienen que ver los padres, acerca de las decisiones que toman, que sin querer perjudican la vida de sus hijos y que a su vez perjudican a otras personas que no tienen nada que ver.
¡Tomemos conciencia jóvenes y padres!
Queremos, además, dejar las siguientes sugerencias:
-Mayor control nocturno en confiterías y salones de fiestas.
-Concientizar a los jóvenes y enseñarles a valorar sus vidas.
-Colocar espejos en cada cruce para mejorar la visibilidad de los conductores.
-Iluminar un poco más las rutas en las cuales están las salidas de los boliches y salones de fiestas.”

Ezequiel Acuña, Tamara Brusa, Eduardo Carnero, Maximiliano Depetris, Agostina Domínguez,
Ezequiel Gaudino, Martín Pomba y Melisa Suárez

Los integrantes de los tres grupos pertenecen a sexto “A” del Belgrano y trabajaron con la docente Sonia Paul. Están comprometidos y no son los únicos ni mucho menos, afortunadamente.