La tragedia del tránsito en Villa María ha generado numerosas reacciones en instituciones y la comunidad en general. En los establecimientos educativos, por ejemplo, golpeó fuerte. Particularmente en el ex Colegio Nacional, escuela a la que habían asistido para cursar sus estudios secundarios dos de los chicos que fallecieron en los últimos días a causa de estos siniestros.
El profesor de las cátedras de Formación para la vida y el trabajo, Ciudadanía y Participación e Historia, Alejandro Guardatti, decidió poner en marcha actividades de reflexión y concientización sobre el tema.
Hubo varios hechos que consternaron al docente y que lo impulsaron a tomar medidas. Jonathan Gannio había sido su alumno en 2010. Cuando el miércoles pasado fue a dar clases, se encontró conque muchos chicos estaban en el velatorio de Alexis Irusta, otro pibe que murió. Cuando el jueves vio la tapa de EL DIARIO, con la leyenda "Basta ya", leyó nuestro matutino con los adolescentes.
¿Qué ocurrió? Guardatti contó que los jóvenes "se animaron a contar cómo se sentían y cómo les afectaron los accidentes recientes, aportaron ideas que pueden contribuir a mejorar la problemática y relataron historias personales en la que ellos o algún familiar o conocido fueron partícipes de algún accidente de tránsito o sus consecuencias".
Entre las ideas que nacieron de quinto año y de un tercer año se cuentan las de:
- Aconsejar a amigos a que tomen conciencia de usar el casco; no correr picadas "porque sí"; bajar la velocidad de las motos; no tomar alcohol a la hora de manejar una moto; que existan más controles de tránsito y que en la escuela se den charlas específicas para concientizar.
También, controles "por todos lados" para exigir la utilización del casco protector, concientizar a los padres para que no les compren motos a sus hijos menores de edad, que se arreglen las calles de la ciudad y controles de alcoholemia en las entradas y salidas de los boliches.
Estudiantes de tercer año propusieron la realización de un vídeo para exhibir en el Día del Estudiante y la creación de "algún tipo de campaña que impresione y que haga pensar sobre andar en moto sin casco, hacer picadas, subir la velocidad y sus consecuencias sobre la vida de los que conducen y de la gente a su alrededor".
Los adolescentes también demandan multas caras en caso de excesos de velocidad y sancionar a los padres cuando se encuentra a un menor realizando picadas en moto. También cuando se halla a un chico a bordo de una motocicleta.
Los alumnos quieren que se concientice a los progenitores del peligro que significa comprar a su hijo una moto de alta cilindrada.
Desde un quinto año, en tanto, surgió la proposición de construir un picadromo de motos en pos de seguridad. Y sancionar a los municipios que emiten carnés de conducir en forma irregular.
"Un padre al darle una moto a su hijo es darle un arma para que se quite la vida", fue una de las frases que surgieron.