Preocupada. Así se mostró y así lo confesó estar la jueza de Niñez, Juventud y Violencia Familiar y Penal de Villa María, Cecilia Fernández.
La magistrada brindó una nota de una hora ayer en su despacho. El desencadenante fue la revelación de un funcionario del Gobierno provincial, en las páginas de nuestro medio, sobre la reducción a la mitad de los institutos de menores en el territorio cordobés. Alberto Reinaldi había expresado su alegría por ello.
Ahora, la jueza da su visión.


- El subsecretario de Niñez, Adolescencia y Familia de la provincia, Alberto Reinaldi, dijo a EL DIARIO que la mitad de los institutos de menores desaparecieron desde 2007. Fue a raíz de la pregunta sobre la ausencia de chicos viviendo en El Gurisito. ¿Están contenidos quienes vivían en este tipo de establecimientos?
“No lo sé. Los jueces de Menores desconocemos el destino de estos niños que estaban internados. Por ley, esta circunstancia pasó a estar bajo la órbita de la Subsecretaría, que depende del Poder Ejecutivo. Desconocemos qué ocurrió para llegar a esta instancia. Las causas fueron transferidas”.
- ¿Tampoco tiene competencia para averiguar?
“No tenemos competencia para preguntar. Nuestra competencia es la de las guardas con fines sociales y el control de las medidas de tercer nivel. Es decir, la autoridad administrativa retira a un niño del hogar y nosotros actuamos al sólo efecto de saber si se enmarca en la ley, no sobre las causas que la determinaron.
El Juzgado ha dejado de tener intervención en la evaluación y el seguimiento de los niños y las familias.”
- Usted siempre se ha pronunciado contra la institucionalización
“Mi criterio siempre ha sido la no institucionalización. El internar en un instituto siempre ha sido la medida de excepción, cuando se agotaban las otras instancias. Y cuando estaban en un establecimiento, trabajábamos con diversos informes de diferentes niveles a los efectos de reinsertar al chico en el ámbito del cual provenía.
Hemos trabajado con familias sustitutas. Siempre es mejor que estén en un hogar.
En una época, teníamos unas cuarenta familias sustitutas que eran apoyadas por la provincia.
Leí en la nota que el subsecretario hace referencia al programa Familias por familias. Antes no existía. No había ese programa. Nunca hubo evaluados en Villa María, no sé si en este momento estarán con esos chicos.”
- Hasta cuándo tuvo injerencia para saber qué sucedía y cuántos chicos habitaban en El Gurisito.
“Hasta junio de este año.”
- ¿Y no había chicos en ese entonces?
“Había, pero ya hacía tiempo que no definíamos desde el Juzgado dónde se internaban. De la externación, nos enterábamos mucho tiempo después porque desde la Secretaría no se nos informaba. La política sin dudas es trabajar sin la intervención del Poder Judicial.”
- ¿Y esto es positivo?
“Siempre pienso que cuando nos vamos a los extremos, los extremos son malos. Hay cuestiones que deben estar bajo responsabilidad del Poder Ejecutivo. Me refiero a lo que es salud, educación, problemas sociales. Otras, debieron haber quedado en manos de la Justicia.”
- ¿Por ejemplo?
“Recuerdo que a comienzos de mis funciones, como por ejemplo en los años 1994, 1995, más de una vez me tocó a la madrugada, en invierno, librar oficios para que un chico pudiera ser internado en Córdoba, porque no había medios para la asistencia respiratoria. Y esto no es materia de un juez sino del Poder Ejecutivo, por lo que considero que está bien que ahora pase al Ejecutivo. Sí creo, en tanto, que cuando los niños son víctimas de maltrato, violencia, abuso, debió haberse mantenido la competencia en lo que es la esfera del Poder Judicial cuando son víctimas de sus progenitores. Cuando un niño resulta víctima de quien tiene que protegerlo, aparecía el Poder Judicial. Hoy está en manos del Ejecutivo.
A lo mejor me equivoco y esto funciona excelente. Pero estoy preocupada.”
- ¿Por qué concretamente?
“Porque hoy el tema está siendo trabajado con mucho esfuerzo, ahínco y compromiso por la persona a cargo de la delegación de la zona de la secretaría, que está a cargo de Griselda Esparza, pero tiene sólo dos trabajadores sociales y dos empleados administrativos. Eso es todo con lo que cuenta para los casos que hay en la zona, que corresponde a la Cuarta Circunscripción Judicial con asiento en Villa María. Es absolutamente escaso e imposible para atender las necesidades que existían en este tribunal respecto a los niños.”
- Reinaldi dijo que los niños no vuelven a familias con problemas de violencia, maltrato y abuso, pero sí cuando la cuestión pasa por circunstancias de índole económica.
“No voy a hablar por los demás jueces, pero nunca, jamás en este Juzgado separé a niños de su hogar por cuestiones económicas. Sería violar el derecho de los chicos. Se tramitaban subsidios, ayudas, pero nunca a nadie se separó por el cuadro económico. La norma de este tribunal para la internación es la de la existencia de violencia, maltrato, abuso.
También leí en EL DIARIO que Reinaldi cuenta que hay quienes se fueron a vivir solos y se les alquila departamentos o se los ayuda para eso. Esto es histórico, siempre ha sido así, siempre se les trató de buscar un espacio para insertarse en la vida.
Yo aún conservo algunos expedientes referidos a chicos que continúan internados.”
- ¿En dónde?
“En la ciudad, pero no voy a revelar públicamente adónde. Y hay que decir que durante más de dos años solicité a la Secretaría que evalúe a familias para que se hicieran cargo de estos chicos pero la realidad es que nunca me proveyeron de familias. Hoy he declarado el estado de abandono en algunos casos. Se demoró muchísimo la Secretaría en realizar la evaluación que se requería desde el tribunal para declarar el estado de abandono de estos niños. Hoy están institucionalizados.”
- Por qué varias veces al año vemos que la Justicia libra oficios de búsqueda porque hay niñas que se escaparon del Patronato de la Infancia
“Es normal que se escapen, de cualquier establecimiento. Se escapan de sus propios hogares por falta de afecto y de contención de la familia, con más razón se escapan de los institutos. Por más buena contención que tengan, es una contención institucional.
Yo comparto plenamente que los chicos estén en una familia, porque hay problemas en ellas pero va unida al afecto. Lo peor que le puede pasar a un chico es que vaya a un instituto. Es trágico verlos llorar cuando uno les informa que tiene que irse a un establecimiento de esta naturaleza. Pero, a veces, es más trágico que se quede en la casa y que sea violado. Así de cruda es la realidad muchas veces.
Antes de la sanción de la Ley de violencia familiar, he ordenado la exclusión de padres abusadores de su domicilio.
Yo internaba al niño o a la niña cuando la madre o la concubina no cuidaba del chico y protegía al abusador. En este caso, no por el sólo hecho de tener un padre o el marido de la madre abusador se disponía de la internación de la víctima sino que se excluía al victimario; no sacaba al menor de su ámbito.
La conmoción que implica desprender a ese chico es muy grande, porque más allá de ser víctima tiene una relación dual afectiva. Está por un lado el daño y por el otro quiere al padre o a la madre porque los conoce y han estado con él”.

“Los chicos no son expedientes”
En la entrevista que EL DIARIO le realizó a Alberto Reinaldi, publicada el 30 de agosto pasado, la nota había concluido de esta manera:
- “Semanas atrás, la jueza Cecilia Fernández dijo a nuestro diario que debió pasar 700 expedientes a la delegación de la Secretaría, que está en Villa Nueva a cargo de Griselda Esparza. Fue a raíz del cambio de competencia de los jueces. ¿Cómo analiza el Gobierno esta circunstancia?
- “En realidad, no varió absolutamente nada porque pasó para conocimiento del Poder Ejecutivo. De tenerlo la jueza pasa al administrador, en definitiva es lo mismo. Se viene dando un progresivo y sistemático pase de causas.”
Esta respuesta del funcionario le llamó la atención a la magistrada en la charla de ayer.
“Los chicos no son expedientes. Mi preocupación es qué debe pasar. No son expedientes los que se remitieron a Esparza: cada expediente tiene una historia y cada historia tiene un chico o muchos más, porque están los hermanos. No son papeles los que pasamos sino chicos que tienen problemas”, declaró.
Y continuó: “Como jueza comprometida con la niñez que he sido, tengo hoy una gran preocupación. Y son más de 700 expedientes. No es tan lineal la cosa para mí. No pasamos a un archivo a una dependencia, pasamos a historias de niños que presentan problemáticas, que tienen problemas familiares de todo tipo.”

Texto: Diego Bengoa
Fotos: Roberto Zayas