En la segunda jornada del Congreso Internacional de Productores de Leche (CIPLE) que se realizó ayer en el Campus de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), se escucharon las voces de productores de diferentes países de Latinoamérica, quienes explicaron los modelos de cada región.
En la primera jornada, fue el turno de otros países del globo, como Australia y Oceanía; España, Francia e Italia y Estados Unidos y Canadá.
El rol del Estado como regulador o dejando liberado al juego de oferta y demanda, el manejo pastoril o de encierro, la organización de los productores en cada país, fueron los ejes de las disertaciones.
Al término del encuentro, Alejandro Leveratto, ex presidente de la Cámara de Productores de Leche de Córdoba (Caprolec) quien fue el que dio a conocer a los invitados internacionales el modelo imperante en Argentina, evaluó como muy positiva la actividad que hoy continuará en Sunchales, replicando las mismas disertaciones y cerrará en Morteros, durante la Muestra Interprovincial de Lechería (MIL).
Los disertantes de ayer provenían de México, Perú, Brasil, Uruguay y Chile -además de Argentina-, denotando que hay diferencias importantes en la producción lechera latinoamericana, tanto en lo que hace al manejo, como en lo que hace a la fijación de precios.
Llamó la atención el caso de Brasil, que tiene un sistema de precios de referencia establecido por un grupo de industriales y un grupo de productores que envían datos de costos de producción a una universidad.
En esa institución, toman la información de manera confidencial, es decir, no develando cada caso en particular y establece, en base a una serie de parámetros, cuál es el precio de referencia para distribuir de la manera más justa posible los ingresos a la industria y al productor.
Nadie está obligado a cumplirlo, pero sirve como precio testigo del litro de leche.
Otro caso singular es el de Uruguay, que tiene una cooperativa muy fuerte, la Conaprole, que compra más del 80% de la leche que se produce en el país.
Si bien no es obligatorio, las otras empresas terminan tomando lo que paga la cooperativa como precio de referencia, abonando un 2% más o menos de ese valor.
El disertante de ese país destacó que lo importante es que la empresa que fija el precio de la leche no es una empresa que acumula ganancias ni una multinacional, sino una cooperativa que no persigue afán de lucro sino, el de distribuir la riqueza generada entre todos los actores.
En la edición del sábado de EL DIARIO Rural, ofreceremos una síntesis de todas las disertaciones.