Edicion: 2015-07-01
Hoy en Tapa de Papel | Ediciones Anteriores
NOTICIAS SUPLEMENTOS SERVICIOS CONTACTO QUIENES SOMOS
Portada  »  Opiniones  »  Los lectores también escriben
21 de Septiembre de 2011
Los lectores también escriben
Compartir Compartir Imprimir

En memoria de
la abuela

A quien dirigirme… para empezar a nuestros dirigentes: la presidenta, el gobernador, nuestro futuro gobernador y a nuestro intendente; ya que se jactan en sus discursos de campaña hablando de nuestros viejos, nuestros adultos mayores, de toda la buena atención y privilegios que reciben y deben recibir por medio del PAMI, de todo lo que merecen por haber sido los forjadores de nuestro país, los que ayudaron y aún siendo jubilados siguen trabajando para construir esta Argentina día a día, merecen una vejez digna…
Pero especialmente me dirijo al Dr. Claudio Gerbaudo, director de la Clínica Fusavim de nuestra ciudad y a la Dra. Eliana Fontán, médica de guardia de dicha clínica, esta última responsable en dos oportunidades de recibir a nuestra abuela, anciana de 90 años, quien fue llevada por el servicio privado Corpus el día 30/08 por decisión del médico, a la guardia y recibida por esta doctora quien la revisó, le tomó la tensión y dijo que no era nada grave, que no era una paciente de riesgo para dejarla internada, enviándola a su casa en reposo. Al día siguiente, nuestra abuela tuvo que ser asistida nuevamente por el servicio de emergencias y al encontrarla totalmente descompensada con 496 de diabetes y retención de líquido (cuadro muy parecido al del día anterior), deciden llevarla nuevamente a la clínica, esta vez fue recibida por la Dra. Sánchez quien la ingresó de inmediato a Terapia Intensiva con pronóstico reservado como paciente de alto riesgo (diagnóstico que nos dieron durante los días que estuvo en terapia). Estuvo dos días hasta que lograron compensarla y trasladarla a una habitación común, pero seguía siendo paciente de riesgo ya que su cuadro se complicó con una infección renal. Allí estuvo dos días más y fue dada de alta como paciente de riesgo aún con un montón de indicaciones y medicamentos.
El día 16 de este mes, tuvimos que acudir nuevamente al servicio de emergencia, la revisaron y no lograron encontrarle la mínima de tensión y con una respiración muy agitada por lo cual el médico responsable decidió llevarla con urgencia a la clínica, ingresando a las 17.40 y después de un montón de trámites de burocracia que deben hacerse antes de verificar el estado de la paciente, burocracia que sólo reciben los afiliados del PAMI (nuestros ancianos privilegiados), le tocó desgraciadamente ser recibida por la misma doctora de guardia, Eliana Fontán, quien después de exigir el último recibo de sueldo para retirar estudios y carné de afiliado para poder atender a la paciente, además que un familiar fuera a la administración a completar lo necesario.
¿Acaso pensaría que nuestra abuela, en el estado que se encontraba, se podría escapar de la clínica? A todo esto, nuestra abuela se encontraba en la sala de rayos donde le habían tomado una placa, sentada con los pies descalzos, (mis tías le pusieron su mismo buzo en el piso para que no tomara frío) ya sin encontrar posición y pidiendo por favor que se sentía mal, que no tenía más fuerzas, esperábamos que la doctora decidiera venir a atenderla. Cuando hace ingreso dicha doctora a la sala de rayos, no para revisar a nuestra abuela sino para ver una radiografía de otro paciente, fue allí cuando mis tías reaccionaron y le pidieron por favor que la atendiera, que su mamá se moría, y ella reaccionó levantando el tono de voz, insultando, tratando de mal educadas a mis tías, diciendo que ella sabía lo que hacía y nadie le iba a dar órdenes, que tenía conocimiento que nuestra abuela había estado en terapia el día siguiente que ella la mandó a su casa, que la había visto y que nadie le va a decir lo que tiene que hacer; al escuchar la discusión, gritos e insultos, empezaron a aparecer enfermeras y hasta el jefe de terapia pidiendo que se tranquilizaran que enseguida la atendían (a todo esto la doctora no había encontrado nada demasiado grave más que la diabetes un poco elevada y la quería tener unas horas en observación ya que mis tías dijeron que en ese estado no se la llevaban a su casa). En el trayecto, desde la sala de rayos hacia Terapia Intensiva, muestra abuela se descompuso y nos dimos cuenta que dejó de existir. Ella ya entró a la terapia sin vida. Al darse cuenta de esto, los médicos no sabían qué decir, salían, nos explicaban que estaban haciendo todo lo posible, pero era muy difícil que saliera, cuando volvió a salir el jefe de guardia nos dijo que no había más nada que hacer y no dejó de pedir disculpas y de reconocer que la doctora (si se puede llamarla así) había actuado incorrectamente y que iba a hablar con ella. Pero ¿de qué nos sirven a nosotros sus disculpas si nuestra abuela? ¿No se supone que los médicos al recibirse hacen un juramento? Pero pareciera que, para los ancianos no existe dicho juramento, primero hay que presentar recibos, carné, para luego esperar el momento que tengan que atenderlos. Me hago una pregunta: ¿esta doctora no tendrá mamá, un papá o algún anciano en su familia? ¿O nació de un repollo? ¿Cómo reaccionaría ante la misma experiencia que vivimos nosotros?
El día 16 de setiembre de 2011 se fue un ser excepcional, madre de cinco hijos, abuela de 12 nietos, 30 bisnietos, y 1 tataranieta; trabajadora incansable y lo más importante, la persona más buena que pudimos conocer. Ella decidió irse el mismo día y a la misma hora que hace 43 años se fuera unos de sus hijos en un accidente, mi papá, al que aprendí a conocer y querer a través de sus ojos y su amor incondicional hacia mí, ya que no tuve la suerte de conocerlo porque falleció tres días antes que yo naciera.
Hoy cumplo 43 años y creo que esto no puede seguir pasando, no sé si la abuela se hubiera salvado, pero lo que sí sé es que todos nuestros ancianos merecen una muerte digna, que quienes los atiendan tengan la amabilidad de brindarles una cama donde poder sentirse más cómoda, con una sonrisa, una caricia y sobre todo que sientan que están preocupando por ellos, y que nuestra Abuela no estuviera pidiéndonos por favor, no aguanto más, no tengo fuerzas y ver sus ojitos cómo se iban apagando con dolor y en plena conciencia de su estado. Por esto doctora Eliana Fontán, esperamos que en esta experiencia vivida le haya servido para no tratar nunca más así a nadie, anciano, adulto, niño, porque no va a una consulta privada y que esto quede en su consciencia para siempre, ya que no fue capaz de salir usted de la terapia a darnos ninguna explicación, ni a pedir disculpas por su soberbia; lea su título y recuerde su Juramento Hipocrático porque si va a seguir tratando así a los pacientes que lleguen por una urgencia a su guardia usted no merece ni el título de veterinaria, porque ni a un animal se lo trata como usted hizo con nuestra abuela.
Y al Sr. Director de la Clínica Fusavim, queremos agradecerles sus disculpas y el haber reconocido el error cometido por uno de los empleados a su cargo, sepa que lo entendemos pero no lo justificamos de ningún modo. Lo único que nos deja en Paz es que toda la familia hizo todo lo posible para que ella estuviera bien y ahora sabemos que después de 43 años de extrañarlo nuestra mamá, abuela, bisabuela y tatarabuela volvió a encontrarse con su hijo.

Lorena R. Mercadal, nieta de Ana María Vidal, viuda de Mercadal
DNI: 20324982

Otras notas de la seccion Opiniones
  • Escriben los lectores
  • Escriben los lectores
  • Una historia, entre tantas
  • Los lectores también escriben
  • Lamentable


  • Humor
    Noticias » Locales » Regionales » Policiales y Judiciales » Deportes » Culturales » Especiales » Opiniones
    Suplementos » Tiempo de Salud » Arquitectura » Horas Libres » Rural » Cultura » Viajes »
    Archivo formato anterior » 2001 » 2002 » 2003 » 2004 » 2005 » 2006 » 2007 » 2008
    Servicios » Fúnebres » Clima »
    REPORTÁ UNA NOTICIA

    Si tenés una noticia comunicate
    E-mail: lector.escribe@eldiariocba.com.ar
    Teléfono: 0353-4523976 (Redacción)
    PUBLICIDAD

    E-mail: publicidad@eldiariocba.com.ar
    Teléfono: 0353-4523976 (Publicidad)
    Celular: 0353-154199702
    NUESTROS DATOS

    El Diario del Centro del País es editado por la Cooperativa Comunicar en Periodistas Argentinos 466/474, ciudad de Villa María, República Argentina
    Teléfonos: 0353-4523976 y 0353-4613126
    E-mail: eldiario@eldiariocba.com.ar

    Copyright 2008-2024 Cooperativa Comunicar.   WfxGroup - Administracion de publicidad para sitios de alto trafico - Villa Maria - Cordoba WfxGroup - Diseño y programacion Web - Villa Maria - Cordoba