Inicio los conceptos que aquí quiero vertir, manifestando el sentimiento de contradicción que viene a mí cuando observo por un lado el gran progreso urbanístico de Villa María y por el otro cómo ha quedado en el tiempo su estadio, al que todos llamamos Placita de Ejercicios Físicos.
La curiosidad me lleva a investigar sobre la cancha de fútbol de la esquina de Sabattini y San Juan. En Wikipedia aparece algo que me llama poderosamente la atención: allí se informa que la Placita Ocampo fue sede del Campeonato de Clubes Campeones del Interior de 2007, en la denominada Copa Villa María, organizado por la Conmebol. Este solo testimonio me parece no concordar entre la magnitud del evento y las características del lugar donde se desarrolló.
El mismo texto señala al 16 de mayo de 1954 como la fecha de su apertura. Este dato me parece atemporal, por lo que busco más información.
En el portal 5900.com.ar aparece un álbum de fotos de Villa María. Todas son muy lindas y se puede apreciar el crecimiento de la ciudad. Mis ojos quedan fijos en un recuadro donde se ve un rectángulo verde y dos espacios diferentes a la izquierda y a la derecha del mismo. Se trata del techo de una tribuna y enfrente unas cuantas gradas que cumplen esa función: es el estadio de la ciudad.
En www.villamariaeducativa.com.ar (notas de cátedra libre) leo la historia de esas instalaciones. La idea inicial fue del intendente Ramón Pérez, pero no prosperó por falta de presupuesto. Corría el año 1919.
Su sucesor, Martínez Mendoza, siguió con la misma iniciativa. El expresaba que era necesario "encausar y proveer a las exigencias juveniles (...) proporcionar campo propio con todos los medios necesarios a niños y obreros, a los habitantes todos de la ciudad que deseen practicar deportes".
Finalmente, durante la gestión de Eugenio Parajón Ortiz, se inauguró la Plaza de Ejercicios Físicos Manuel Anselmo Ocampo, el 20 de setiembre de 1932.
El texto de donde fueron tomados estos datos agrega que "durante muchos años la Placita fue el escenario de las galas de las instituciones educativas de la ciudad, ceremonias de primera comunión...". Lo último ya no se hace, las escuelas siguen usando ese predio para sus actividades de cierre lectivo.
Villa María creció. Creció por sus universidades: la Tecnológica, la Nacional y las privadas que complementan los requerimientos de los jóvenes. Los edificios son cada vez más para alojar precisamente al estudiantado o la población propia. Las últimas Intendencias hicieron muchas obras, entre las que se destaca el aprovechamiento del margen del río Ctalamochita, donde la gente camina, disfruta, comparte. Lugar que hoy se agiganta con ese coloso que es el Anfiteatro.
En relación a ese crecimiento ¿no sería hora de tener un estadio? Por más amor que le tengamos, ese nombre le queda grande a la Placita Ocampo. Se le han realizado refacciones, mejorado o ampliado el sector de tribunas, pero ya no es el estadio que la ciudad necesita.
Villa María se merece también un estadio único. Un recinto donde se practique fútbol y atletismo y se desarrollen actividades deportivas tales como vóley, handbol, básquet, boxeo, artes marciales, entre otros. Un lugar con una infraestructura adecuada, con espacio donde el público se sienta cómodo: que tenga suficientes baños, vestuarios apropiados para los deportistas y los árbitros, túneles de acceso al campo de juego, cabinas para radio y televisión, sala de prensa, sala de conferencias, gimnasio para ejercicios precompetitivos, sala de primeros auxilios, etcétera.
Es verdad que también se puede contar con el Salón de los Deportes. Más no olvidemos que ese lugar era un mercado y su adaptación sirvió en su momento. Hoy no cumple con los requisitos mínimos indispensables.
Es oportuno observar, y en esto muchos estarán de acuerdo, que tanto la Placita como el Salón de los Deportes están ubicados en lugares neurálgicos, con escaso espacio para el estacionamiento de vehículos y menos aún para contener a un público numeroso esperando que se abran las puertas o rondando por sus alrededores.
Lo hecho por los intendentes Martínez Mendoza y Parajón Ortiz fue muy importante para la época, pero ya no alcanza con mantener la Placita. Es necesario buscar un nuevo espacio, que pueda cumplir con los requerimientos de la población y que satisfaga las inquietudes de la ciudadanía.
Ni nostalgias ni recuerdos pueden frenar el progreso del deporte en particular y de la ciudad en general. Si se pudieron hacer obras tan importantes como las veredas de la costanera, los juegos que la complementan, el techado y mejoras del Anfiteatro, el Subnivel y el aeropuerto ¿será este el tiempo para darle a la ciudad un lugar digno y de excelencia al deporte y que esté en consonancia con lo hecho hasta hoy en Villa María, que la han colocado entre una de las más progresistas del interior del país?

Dr. Eduardo A. Pérez Scauso
DNI 6598181