Uno de los responsables de llevar adelante, desde ser proyecto, el Centro de Genética Lechera “Néstor Kirchner” fue Pablo Peretti, hijo del titular de la Sociedad Rural de Morteros, Ider Peretti.
Pablo explicó a EL DIARIO Rural la gestación de este laboratorio con la pasión de “un loco de las vacas”, tal como se define, y con los detalles y la pedagogía de un docente en Veterinaria. Sin embargo, su “título” es cabañero.
Pablo Peretti dijo que desde el Ministerio de Agricultura de la Nación, a cargo de Julián Domínguez, le propusieron a la entidad ruralista por excepción amiga del Gobierno, evaluar y proponer un proyecto para llevar adelante “a futuro”. Desde la cartera plantearon incluirlo dentro del Plan Estratégico Agroalimentario (PEA2) que semanas atrás presentó la presidenta Cristina Fernández en Tecnópolis (Villa Martelli, Buenos Aires).
A partir de esa propuesta, “lo primero que disparamos fue este laboratorio y fue aceptado. Entonces nos pusimos a trabajar”. “Nos pareció lo más correcto un laboratorio de fecundación in vitro y nos pusimos a armar el proyecto, a buscar las habilitaciones correspondientes y presupuestar los fondos”, añadió Peretti.
También sostuvo que “un laboratorio de esta envergadura sería muy difícil de llevar adelante sin el apoyo del Gobierno nacional”, aunque aclaró que es siempre necesaria la participación y el aporte del Estado (más allá de lo partidario).
Justificó que este laboratorio “permite reducir los costos, los que serán menores para un productor de leche, teniendo en cuenta que un privado deberá incluir en sus costos la amortización de la inversión, los equipos y demás”.
Es por eso que Peretti arriesga que el Centro de Genética “potenciará la región, toda la zona de la MIL (Muestra Interprovincial de Lechería), pero además este laboratorio tendrá permitido operar en todo el radio del país, haciendo los traslados de óvulos dentro de las 24 horas”. “Así un productor de Salta podrá solicitar este servicio”, ejemplificó.
Y agregó que “se ahorra mucho tiempo”, lo que permite proyectar aumentar el rodeo en calidad en menor tiempo que el convencional.
Explicó con detalle, y sintetizando, que “un tambero podrá elegir sus mejores vacas (también se puede seleccionar el sexo), el veterinario va al campo y hace la ecografía, ve y aspira del útero, eso se introduce en un maletín térmico, se traslada al laboratorio, se fertilizan los óvulos, madura hasta ser un embrión que luego es implantado”. Así, casi sin tomar aire, Pablo Peretti lo simplifica y proyecta a futuro.