Juan Ignacio Balvas, un vecino de Villa María, concurrió a nuestra Redacción para exponer por escrito una situación que, aseguró, le tocó vivir en el Hospital Regional Pasteur.
Concretamente, explicó que el domingo 11 de setiembre pasado llevó a su mujer, en horas de la siesta, a la Guardia del nosocomio con un fuerte dolor en los riñones. “Gritaba y lloraba de dolor”, expuso. Se encontraron con que mucha gente aguardaba “enojada porque hacía más de una hora que esperaban”. Explicó que esperó más de cuarenta minutos y “mi esposa no aguantaba más su dolor y todavía no había salido ni una enfermera, no atendían a nadie y la gente seguía ahí, como una mujer con un tajo profundo en su cabeza y ensangrentada”.
“A todo esto -continuó- llegó una mamá con su hija de 20 años corriendo, agitadas. La chica no paraba de gritar y vomitar, volaba de fiebre. Como nadie atendía, la mamá angustiada golpeó muy fuerte la puerta de la Guardia y atendió un oficial de Policía, que de mala manera le dijo que llamaría a la enfermera. Una vergüenza su trato, cuando debiera dar el ejemplo”.
“Sentala en la camilla, no sé si la van a atender”, es lo que le expresó la enfermera a la mujer, según Juan Ignacio.
“Creo que ni a un animal se lo trata así. Yo, enojado, veo salir al policía y le digo: disculpe oficial, mi esposa no da más, llora y grita de dolor. Llévela a la Asistencia, fue lo que me respondió y salió caminando hacia la sala de internación”, reveló el vecino.
“Aproveché ese momento, levanté en mis brazos a mi señora y entré a la Guardia, observando así por qué no atendían: estaban sentados y tomando mate, más de siete personas, no sé cuántos médicos y cuántas enfermeras. Basta de burlarse de la gente”, reclamó.
“Soy locutor de radio, hablé de este tema en mi programa que es de cuarteto y donde por lo general no se habla de estos temas y me llamó mucha gente diciendo que me apoyan y están conmigo porque les sucedieron cosas similares en el Pasteur”, afirmó.
“Alguien tiene que hacer algo”, demandó el vecino, quien le agradeció “infinitamente a la gente de la Asistencia Pública, que lo atendió rapidísimo”.
Balvas aseveró que la médica que atendió a su esposa le advirtió que “faltó poco para que se le reventaran los riñones por la retención de líquido”. Se le diagnosticó infección urinaria y cálculos y se le colocó suero.
“A los lectores de EL DIARIO les digo: hablen, no tengan miedo, terminemos con esto que es repugnante”, concluyó el indignado vecino.
Otras notas de la seccion Locales
Olaviaga y Bedano en el racimo de opciones
Los comicios marcados por la presencia de Zannini y Cavagnero en las boletas
"Ya no es factible sostener la imagen de familia dominante"
Entusiasmo y aprendizaje: lo que dejó la Feria de Ciencias
"Cada vez más niños se involucran en la ciencia"
|