Un intrincado entramado jurídico hace que todavía Cablevisión no haya cumplido la disposición judicial de cobrar, al menos en los meses de mayo y junio, 109 pesos en lugar de los 143 pesos que viene facturando.
Es por eso que el juez Federal Mario Eugenio Garzón, giró hace más de un mes las actuaciones al fiscal Julián Falcucci para que éste determine si la empresa de televisión incurrió en desobediencia jurídica.
Según se sabe, el fiscal debe determinar, primero si hubo desobediencia y segundo, en caso de que así fuera, quién es el responsable, dado que se trata de una persona jurídica.
La cuestión se origina en una demanda presentada por Carlos De Falco y Ricardo Borsatto, en su carácter de vecinos comunes (pese a que uno es concejal y el otro auditor) solicitando a la Justicia Federal un amparo como usuarios, con el agregado de una medida cautelar en la que le pide que la factura se ajuste a los dispuesto por la Secretaría de Comercio Interior de la Nación.
Pese a que el juez Federal Mario Eugenio Garzón ordenó a la empresa de servicios de cable que facture 109 pesos esos dos meses y que una Cámara Federal le dio parcialmente la razón, Cablevisión nunca cumplió.
“Mucha gente se plantea cómo eso es posible. Y la verdad, es que hay vericuetos jurídicos que hacen que se demore y genere mucha incertidumbre”, dijo.
“Cablevisión se ampara en un fallo de otro juez Federal, que le dio un amparo frente a la Resolución de la Secretaría de Comercio Interior que le ordenaba a mantener la tarifa de su servicio. Sobre ese amparo, hay cuestiones discutibles y una es la jurisdicción, es decir, debatir si lo que ordena un juez de Córdoba tiene injerencia en Villa María”, dijo.
Sobre el particular, hay que señalar que el amparo fue apelado y que además, le pidieron juicio político a Bustos Fierro.
Pero para agregar un dato más a la complejidad, hay que señalar que la Cámara, ante la apelación del fallo de Bustos Fierro, resuelve que lo atinente en Cablevisión debe dirimirse en Capital Federal, donde la empresa tiene su casa central.
En definitiva, Mario Garzón debe esperar que se resuelva esa compleja trama, para seguir adelante con la cuestión de fondo planteada por los usuarios Borsatto y De Falco. “Una vez que el fiscal resuelva lo de la desobediencia y si los demandantes instan a que se trate la cuestión, se podrá avanzar para una resolución definitiva”, dijo Garzón.
Mientras tanto, otro juez Federal de Córdoba, Alejandro Sánchez Freites, falló igual que Garzón en Villa María.
Detrás de toda la complejidad que encierra el caso, hay indudablemente una puja económica dado que la diferencia entre 109 y 143 pesos en la factura del cable, representa para la empresa la friolera de mil quinientos millones de pesos mensuales.

De Falco: “Tienen que cumplir”

Uno de los que presentaron la acción contra Cablevisión es el concejal Carlos De Falco, quien en su carácter de vecino común acompañó a Ricardo Borsatto en la demanda.
No ocultó su satisfacción por el fallo que el juez Federal de Córdoba, Alejandro Sánchez Freites, emitió en el mismo sentido que su par de Villa María. “El fiscal analizará la situación para verificar si hubo o no desobediencia judicial, pero lo cierto es que Cablevisión tiene que cumplir”, dijo a EL DIARIO.
Agregó que más allá de la medida cautelar, la Justicia debe seguir investigando, “receptando testimonios y abriendo el período de prueba para resolver la cuestión de fondo”.
Sobre ese punto, informó que la semana pasada, el Estado nacional, a través de la Secretaría de Comercio Interior presentó un escrito en la Justicia Federal villamariense “para explicar las razones por las que fijó esa tarifa”, lo que a su criterio muestra que la causa sigue su curso.
Más allá de las cuestiones judiciales, el edil señaló que el debate iniciado por la presentación judicial y el fallo del juez Garzón tuvo efectos prácticos.
“Tengo conocimiento de gente que habría ido a pedir la desconexión del canal por los costos y allí le habrían ofrecido rebajar la tarifa a 109 pesos, a cambio de restar uno o dos canales de poca audiencia”, concluyó.