Cuando la violencia se enseñorea
Hay hechos que por sus características nos llaman la atención más que otros y nos movilizan a tener un momento de reflexión o de una conversación un poco más prolongada con los conocidos y los medios de comunicación tienen material para sus páginas o sus horas de emisión. Hay hechos tan dolorosos que llegan hasta el nivel nacional. Hay hechos tan dolorosos que nos llevan a marchar. Pero pareciera que no hay hechos tan dolorosos que nos lleven a cambiar.
A través de los años hemos visto cómo han sucedido actos de violencia en todos los órdenes en cuanto a accidentes por imprudencia, otros homicidios en la vía pública, el robo cotidiano, el mal trato de todos contra todos, el egoísmo exacerbado y la impunidad que nos deja desprovistos de justicia, entre otros hechos que nos violentan día a día.
Hoy hay una noticia que nos llama la atención. Pero no perdamos de vista que la violencia se ha hecho señora de la ciudad y pareciera que cada día nos acostumbramos a convivir con ella aplicando nuestra dosis de agresión, que seguramente estamos listos para justificarla ya que decimos que no es tan grave como lo que hacen otros.
El dolor está en las familias involucradas pero la decisión de cómo deseamos seguir viviendo está en todos. Hoy la agresión se pasea a gusto por la ciudad y no hay un plan para resolver esta dolencia.
Lo que es de lamentar es que este será un hecho que irá al olvido, sólo para que otros hechos tiñan de sangre la historia de esta ciudad.
Edith A. Cortez
Presidenta Partido Villamariense
Un mundo mejor
“En algún apartado rincón del universo centellante, desparramado en
innumerables sistemas
solares,
hubo una vez un astro en el que animales inteligentes
inventaron el
conocimiento.
Fue el minuto más
arrogante y falaz de la “Historia Universal”: pero, a fin de cuentas, sólo fue un minuto.
Tras breves respiraciones de la naturaleza el astro se volvió rígido y los animales inteligentes debieron
perecer.”
F. Nietzsche,
Sobre verdad y mentira
en sentido extramoral
Una parte de nuestra vida transita entre sueños, anhelos y utopías. Otra se consume en tener presente. También, algo dentro de nosotros, busca dejar un legado, como testimonio de nuestra presencia en el mundo de los vivos.
Para algunos, con dejar descendencia, unas que otras fotos, algún escrito o algún bien material, la misión está cumplida. La simplicidad de lo vivido les dio para eso. Para otros, el sentido de la existencia y de trascender como seres vivos de este planeta, pasa por hacer aportes sinceros para mejorar el mundo en que vivimos y crear bases que nos permitirán avanzar hacia un mundo mejor para los nuestros y el resto de las especies.
¿Es posible crear un mundo mejor desde el presente?
Un mundo mejor es una construcción dinámica y permanente que como generación, aun cuando nos disperse una cultura de las prisas, la administración de un presente que adsorbe una buena parte de nuestras energías, es el gran compromiso por la continuidad de la vida, que no debemos obviar ni olvidar.
Contribuir a que las cosas cambien a favor, no es tarea exclusiva de científicos, maestros, filósofos, poetas o estadistas. Usted desde su modesta trinchera de vida, puede hacer su parte. Defender el ambiente, proteger sus especies, sembrar árboles, frenar el sobre consumo, impartir educación ambiental, entre otras. Es una manera de ponernos a trabajar para que ese mundo mejor ocurra. Todo lo que podamos hacer desde ya, será la verdadera huella.
Al final del ciclo, de este maravilloso peregrinaje por la Tierra, diremos cuando en retrospectiva nos preguntemos ¿qué hicimos para que este mundo sea mejor?
Ojalá que tú, amigo lector, junto a otros muchos más podamos decir que sí aportamos por mejorar nuestro único mundo.
L. Cardozo
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