Son 640 los alumnos de la Escuela República de Bolivia. Un colegio “integrador e inclusivo”, como remarca su directora, Stella Faró, la mujer que comenzó a conducirlo este año y que le puso, rápidamente, toda su impronta.
“Cuando asumimos encontramos varias falencias”, dice al comenzar la charla con EL DIARIO, en una siesta primaveral y entusiasmada con la idea central de este suplemento. Y enumera: “Detectamos el poco contacto esporádico de los niños con el contexto, una gran deficiencia en Lengua y Literatura y violencia en el trato de los chicos”. A partir de ese diagnóstico es que creó, junto a otros docentes y el apoyo de padres, una serie de proyectos.
Con orgullo, cuenta que ahora todos los chicos se van de viaje, tanto los de primer grado como los de sexto. Los más pequeños pasan un día de campo, los de segundo concurren al museo Barrilete y al Zoológico de Córdoba, tercero disfrutó esta semana de un acantonamiento. Los demás van a Córdoba, Rosario o Buenos Aires y sexto llega al límite mendocino con Chile, “lo que para nosotros es un gran logro”.
Con los viajes se pretenden “mostrar distintos destinos y escenarios, porque para ellos éste, el de la escuela, es su mundo y el submundo es el barrio, entonces es necesario exhibirles otro contexto, otra historia, otro pasado y presente, para que puedan identificar dónde están y tener proyección hacia otros ámbitos. Hay que apostar a que todo alumno tenga un recorrido permanente y que se considere a la educación como promoción social”.
La directiva se apresura en aclarar que “todos tienen oportunidad” y que a esta altura del año, el 70% de los viajes pautados están cubiertos. Se pagan en cuotas fijas mensuales “y cuando los papás no pueden se ve lo que pueden aportar”. Recalcó que la empresa Tigero donó números de rifas para que sean vendidas, eso significaba la mitad del costo.
Tras resaltar que “la escuela está decorada, pintada y refaccionada”, hizo hincapié en la apuesta a la lectura. Se compraron 400 libros y la narradora Alicia Perrig “contó cuentos una hora en cada turno para la comunidad completa, dejando a los padres fascinados”.
Faró invita a salir de la Dirección y concurrir a la biblioteca. Allí nos exhiben distintos libros, muchos con grandes ilustraciones para captar a los pequeños.
Por su lado, y tal como lo anunciara a poco de asumir, está funcionando el Club de Madres, compuesto por mujeres que una vez por mes interactúan con los estudiantes o en ocasiones especiales como el Día del Niño o Día del Estudiante.
Mostrando bolsitas llenas de golosinas, que armaron las madres, cuenta que ofrecen juegos, chocolate, obras de teatro y otras diversiones.
La directora desliza estar obsesionada porque los chicos lean. “Debe darse una lectura social, de lo que los papás consideren oportuno, hay que reproducir la palabra muerta como un medio de unir a la familia”, declara.
El Club de Madres está conformada por una docena de mujeres; una quincena, en tanto, integra la Cooperadora. Hoy se está tramitando un subsidio para remodelar el área de Educación Física.
“Me reconforta saber que existe mucho apoyo de los padres, nos compran numeritos, nos pagan la Cooperadora y ellos mismos arman el plan de pago cuando no pueden”, revela.
En este aspecto, dice que desde hace tres meses poseen gas todas las aulas de afuera y ahora estos espacios cuentan con ventilador y estufas, “cuando antes se morían de frío”.
Los chicos perciben estos cambios, “tal es así que no hay una sola raya en las paredes que fueron pintadas, porque las cuidan”.
Radio. La Escuela Bolivia tiene una radio. Está apadrinada por el animador y locutor Alberto Luna, quien les dio clases a los chicos. “Ellos arman un biombo, todos los martes y viernes, y sociabilizan todo lo que hacen.”
Faró también destacó que este año se invitó a toda la comunidad boliviana a un acto, “por primera vez fue invitada de honor a la escuela, hicieron un baile, fue un encuentro precioso”.
Feria de Ciencias. Concurrieron con cinco proyectos.
Asimismo, en el año hubo un Cabildo abierto, alumnos se presentaron en las Olimpíadas de Matemática y se prevé una gran caminata por las Fiestas Patronales, con eje en el trato por el medio ambiente. “Todos los padres se pusieron a trabajar para eso, con materiales descartables hicieron cosas para repartir y concientizar que nuestra única casa es el planeta”, subrayó.
“Tenemos una escuela integradora e inclusiva, que no son sinónimos, tenemos chicos con capacidades especiales, con maestras, y eso es integrar; y es un establecimiento inclusivo porque todo niño es considerado como un individuo único e irrepetible, por eso hay un proyecto general pero también individual”, concluyó Faró.