“El desequilibrio entre la oferta y la demanda de productos lácteos elaborados genera sobre y suboferta, la que, en combinación con la alta volatilidad de los precios del mercado internacional, perjudica sensiblemente a los productores de leche.” Así comienza el texto de las conclusiones del Congreso Internacional de Productores de Leche (CIPLE) que se realizó entre el 19 y el 22 de setiembre en Villa María y Sunchales.
Agregan que uno de los disertantes, el productor estadounidense Douglas Maddox lo sintetizó de la siguiente manera: “El estudio realizado por un grupo de economistas de Estados Unidos determinó que una sobre oferta de productos de aproximadamente 1%, hace que los precios a los productores disminuyan más del 10%”.
En función de esas consideraciones, los productores de diferentes países del globo coincidieron en una serie de recomendaciones para desarrollar programas de estabilización de precios.
1º) La nivelación entre la oferta y la demanda por medio de cuotas a la producción (como el caso de Canadá o la Unión Europea), países que definieron no crecer en volúmenes.
La otra opción es por programas de manejo de los volúmenes no consumidos en el mercado doméstico, como los casos de Estados Unidos o Nueva Zelanda, que son países que definieron crecer en volúmenes por encima de su consumo interno.
2º) Prever la alta volatilidad del mercado global.
3º) Programar el control de la oferta.
4º) Encontrar sistemas de formación de precios por consenso (y simples) que contemplen distintas variables: costos de producción, tipo y destino de los productos elaborados y rentabilidad de los distintos eslabones.
5º) Acordar la política lechera interna en la cadena láctea con el Estado como árbitro y sustento jurídico.
6º) Entidades representativas de productores en cada país fuertes y profesionalizadas, con buena relación con el Estado.
7º) Lograr la institucionalidad de la cadena contemplando la resolución de los programas desde lo profesional y académico.
8º) Tender a la construcción de una organización única de productores de leche con una sola voz.
9º) Continuar con encuentros internacionales de productores.
Conclusiones secundarias (variables por países).
1º) El término “leche” implica un status propio de los productores. No se acepta el mismo término para productos lácteos “modificados” (un problema que aqueja especialmente en Perú).
2º) La competencia por el recurso suelo como problemática común en la convivencia con otras producciones agrícolas o relacionadas con la bioenergía.