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La charla debate se extendió por dos horas. El público participó exponiendo sus puntos de vista |
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“La salud es un problema de la cultura; no es más de los médicos. No es una cuestión binaria; estar sano y estar enfermo no son dos caras de la misma moneda. Estamos sanos y a la vez enfermos, y no hay una frontera precisa, no es pasar del blanco al negro sino que todos son matices de grises”. Fue uno de los primeros conceptos que lanzó el médico Ernesto Gagliano en la charla debate “El trabajo que enferma”, que se realizó ayer en el primer piso del Teatro Verdi.
La concurrencia lo escuchó con atención. Habló del “genocidio silencioso” del que “casi no se habla”, al referirse a la alta mortalidad infantil en Argentina. Abordó el trabajo de los niños (“los chicos deben jugar y estudiar, pero sin embargo su trabajo es una realidad dolorosa en la actualidad”), el vínculo con el género (“hasta no hace poco, el hombre iba a su lugar de empleo y la mujer se quedaba en la casa limpiando, cocinando, y eso no se consideraba un trabajo, siendo que trabaja más que quien sale del hogar”) y la relación de estas cuestiones con la salud.
En este último punto, advirtió: “Puede ser que el trabajo sea salud, pero también puede ser riesgo, enfermedad y muerte”. Sostuvo que “nunca es insalubre, sino que las condiciones de labor lo son”.
Gagliano rescató que es bueno el trabajo digno, creativo, solidario, reconocido.
Luego cuestionó el mercado de los medicamentos.“La mayoría de los productos no tienen eficacia probada, sino ineficacia y riesgo probados. Y el Estado está ausente. Esta es una expresión cabal de un Estado que olvida y de un mercado que enferma”.
El profesional, quien es profesor titular en la Universidad Nacional de Córdoba y presidente de la Daspu, la obra social del personal de dicha casa de estudios, ejemplificó con los psicofármacos. “Se toman pastillas para dormir, para bajar la ansiedad, para todo. Se atienden así los síntomas pero no las causas del problema. La industria, al borrar el síntoma, borra la evidencia de la enfermedad”, expresó.
Por qué nos
enfermamos
Luego le tocó el turno al doctor en Medicina y Cirugía Carlos Presman, especialista en Clínica Médica y en Terapia Intensiva, y docente universitario.
Se preguntó por qué nos enfermamos. Y detalló que hay causas biológicas, pero también influyen cuestiones personales, afectivas... “En el caso de dos hermanas gemelas, una se engripa y otra no, porque una se peleó con el novio o porque tiene que rendir un examen y por angustia le bajaron las defensas...”, ejemplificó.
Además vinculó el apartado con aspectos sociales, religiosos (“cuando las cosas andan bien se dice Gracias a Dios”), científicos y hasta con el azar.
El médico hizo hincapié en el poder y el valor de la palabra. “Una palabra también te puede enfermar. Cuando el médico le dice al paciente que tiene cáncer, el impacto es bárbaro”, advirtió.
Habló de la palabra del doctor y también del periodista. Y resaltó la actitud de vida de la persona ante la adversidad. En ese sentido, dijo que tal vez un hombre puede vivir con una grave enfermedad durante 20 años mientras que otro puede padecer la misma y morirse por esa causa a los tres meses de detectada. Es porque -resaltó- “no hay enfermedades sino enfermos”, frase de Gregorio Marañón.
Por otro lado, también advirtió que, en ocasiones, la enfermedad “opera como un refugio y se buscan beneficios” a través de la misma.
“Por ejemplo, faltamos al trabajo...”, indicó.
En su disertación puntualizó además los perfiles patológicos de los trabajadores de prensa, contando, por caso, que los periodistas gráficos sufren trastornos por la conducta sedentaria, “tienen los horarios cambiados, no cenan en familia porque están cerrando la edición del diario...”.
Debate
Sobre el cierre de la charla, que fue organizada por el Gabinete de Calidad de Vida de Cooperativa Comunicar y el suplemento Tiempo de Salud de EL DIARIO se registró un debate entre los presentes, quienes realizaron preguntas y dieron sus puntos de vista.
Los médicos, en este tramo, hicieron comentarios sobre cómo el dinero influye, a veces, en la medicina y la salud.
“Se presentaban siete cesáreas por cada tres partos naturales cuando se pagaba más por las cesáreas, al ser consideradas un acto quirúrgico. Entonces la obra social decidió pagar más por los partos naturales y la proporción se invirtió. Sí, hay casos en los que se trabaja por la rentabilidad”, expusieron.
En reiterados pasajes de sus exposiciones, los reconocidos profesionales resaltaron la necesidad de establecer un vínculo de confianza, humano, entre el paciente y el médico, para enfrentar juntos, con más información y con mayores probabilidades de éxito, las diferentes situaciones.
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