La Cámara del Crimen de Villa María le impuso ayer una pena de tres años de prisión a un joven albañil que confesó haber cometido una serie de delitos en diferentes hechos, pero, como se trata de un convicto primario, podrá salir la semana venidera ya que lleva en la cárcel más de los dos tercios necesarios para acceder al beneficio de la “libertad condicional”.
Víctor Hugo Díaz fue condenado al cabo de un juicio oral y público que fue presidido por la camarista Silvia Saslavsky de Camandone y que contó con la intervención del fiscal Francisco Márquez, del abogado Eduardo Luis Rodríguez (ejerció su Defensa) y la secretaria Gabriela Sanz.
Díaz, de 24 años de edad (nació en esta ciudad el 16 de agosto de 1987), y curiosamente apodado “Porteño”, terminó admitiendo su participación en los ilícitos que se le atribuían, aunque algunos de ellos en calidad de coautor, ya que los perpetró junto a Carlos Etchemendi, quien no llegó a esta instancia procesal porque solicitó la aplicación de una “probation” (suspensión del juicio a prueba).
En efecto, el trabajador de la construcción fue declarado autor responsable de “portación ilegal de arma de fuego de uso civil”, “disparo de arma de fuego” y “lesiones leves”, y coautor de “tentativa de violación de domicilio”, “daño”, “agresión con arma impropia” y “robo”.
Radicado en Cerro Colorado y Arturo M. Bas, en barrio Los Olmos, Díaz se encuentra detenido desde el 18 de enero del corriente año, tres días después que protagonizara una violenta discusión con su cuñado, identificado como Pablo Fernández, frente al citado domicilio.
Por causas que no fueron precisadas, el joven albañil terminó la disputa verbal extrayendo una pistola calibre 22 con la que le efectuó a su familiar seis disparos, tres de los cuales llegaron a destino: uno impactó en el brazo derecho, otro en el izquierdo y el restante en la pierna derecha. Sin embargo, y para fortuna de Fernández, las heridas no revistieron gravedad.
Tras la agresión, Díaz se subió a una moto y escapó raudamente del lugar, permaneciendo prófugo por espacio de tres días, hasta que fue detenido por la Policía.
Once meses antes de aquel episodio, en horas de la madrugada del 16 de febrero de 2010, Díaz y Etchemendi protagonizaron un par de hechos delictivos: primero intentaron ingresar “a los patadones” al domicilio de Rogelio Monge, sito en Sucre 247, pero como el dueño de casa los sorprendió, cubrieron su huida en moto arrojándole piedras; momentos después, le robaron 92 pesos a una joven que caminaba por calle Mariano Moreno al 200.
Tras una persecución policial, ambos jóvenes fueron apresados en Villa Nueva y estuvieron un par de semanas “a la sombra”.

Madre detenida

Como dato final, cabe señalar que Víctor Díaz es hijo de Estela Marys Gorosito, una mujer de unos 50 años que hace exactamente una semana quiso ingresar a la cárcel local alrededor de 100 gramos de cocaína en un tubo que ocultó en su cavidad rectal.
Gorosito fue detenida por personal de la Policía Federal y en los próximos días será trasladada al penal de barrio Belgrano, del cual su hijo estará saliendo el martes o el miércoles venidero.