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Leonardo Negro y Mariana Britos protagonizan la obra “Cuesta abajo” |
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Una atmósfera etérea. Un encuentro fantástico e imposible entre dos íconos del mundo del espectáculo en pleno auge de la sociedad industrial y moderna del Siglo XX, cuyo principal motor simbólico combustionaba detrás de la gran pantalla.
Un muy avejentado Carlos Gardel y una Rita Hayworth en decadencia se reúnen en un limbo errante, donde ambos se confunden en idilios pasados. El "Zorzal Criollo" cree ver en Margarita Carmen Cansino (verdadero nombre de la "dama de Hollywood") a su propia Margarita, personaje del filme "El día que me quieras". Rita, como en su memorable encarnación de "Gilda", anhela una nueva bofetada de Glenn Ford, esta vez en manos del decrépito cantor.
Como hologramas extraviados del séptimo arte, recurren a sus antiguas y mucho más juveniles identidades para concretar esos amores que nunca ocurrieron. Reforzando el eterno mito homérico de La Odisea, ambos persisten en la vigilia con las frases clave: "Todos esperamos a alguien" (Carlos) y "toda promesa es una promesa de amor" (Rita). Mientras, la muerte personificada deambula preanunciando la ida final, entre ráfagas sonoras de aviones al caer.
El Elenco Municipal de Teatro, dirigido por Walter Staüble, se puso al hombro esta ambiciosa puesta en la cual no sólo debe respaldar el imaginario de dos superestrellas sino que además debe emplear -por primera vez en la historia del grupo- coreografías tangueras a modo de lazos narrativos. Para ello sumó al bailarín Julián Fernández quien dibuja ochos y firuletes junto a Carolina Ungini (la Muerte) y la sensual Marina Monti (la Rita joven), coordinados por los profesores Mariana Britos y Germán Macía (como asesor externo). Britos es, a su vez, la Rita decadente quien hace migas -de buena simbiosis en escena- con Leonardo Negro, el Carlos anciano.
En la pieza se destacan tanto la musicalización como el vestuario y una ambientación adecuada. En el debe, más allá de las innumerables citas reconocibles sólo por ávidos de la música ciudadana y del otrora cine de divas, es su ritmo aletargado, por el cual se regodea en cuadros alegóricos ya visitados y cuyo cierre se posterga hasta las dos horas de duración.
“Cuesta abajo”, hoy y todos los sábados de octubre a las 22 en los altos del club Sarmiento (Buenos Aires 1150).
Juan Ramón Seia
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