Desde enero de este año y hasta fines de setiembre, el Departamento Municipal (DEM) para la Prevención y el Tratamiento de la Problemática de la Violencia recibió 118 denuncias. Significa que por mes, en promedio, se receptaron trece casos de maltrato, que tuvo como víctimas en la mayoría de los casos a mujeres.
Esta cifra significa un leve incremento respecto al promedio mensual del año pasado, que llegó casi a 12.
La citada dependencia “tiene un recorrido histórico con avances permanentes”, según indicaron oficialmente. Se abrió en 2006 y desde entonces las cifras fueron en notable crecimiento. En ese año, tomaron conocimiento de 17 casos. Luego, los números develan un aumento fuerte de denuncias, muchas veces vinculadas a que ahora la gente se anima a hablar y también a la disponibilidad de este departamento.
Así, en 2007 hubo 65 denuncias; 2008, 92; 2009, 112; 2010, 142 y hasta fines de setiembre de 2011, 118.
Hay que destacar, sin embargo, que estos números por sí solos no reflejan el drama de la violencia en la ciudad, ya que los Tribunales de Villa María receptan no sólo casos de esa localidad sino de toda la zona, más precisamente de la Cuarta Circunscripción Judicial, en la que está incluida Villa Nueva.
El Departamento Municipal es integrado, entre otros, por las licenciadas Silvia Jara y María Alejandra Secundino y la psicopedagoga Mariana Rodríguez.
Ahora, el Ejecutivo a cargo de Guillermo Cavagnero pretende crear el programa de prevención y tratamiento de la violencia, por el cual se generarán espacios que permitan construir redes, “asumiendo el compromiso frente a la problemática desde una visión social, de modo tal que la sociedad pase de ser un mero espectador pasivo de las campañas de difusión a tener una participación activa en la prevención”, de acuerdo a lo apuntado oficialmente. Los concejales ya lo estudian.
Por el mismo, todas las dependencias municipales intervendrán en la problemática y se creará un registro en el que se anotará, procesará, analizará y producirán las estadísticas.
“Es fundamental consignar que la persona no sólo conozca que existen leyes que los protegen sino que sepa distinguir cuándo está inmersa en el círculo de la violencia y cómo puede salir. Un enunciado plagado de derechos no es suficiente si no se prevé el modo en que la persona puede reconocer esos derechos en su vida cotidiana y apropiarse de ellos para luego exigirlos”, resaltaron los impulsores del proyecto.