Escribe: Juan Manuel Gorno

Del entusiasmo al bodrio. De los goles a las infracciones repetidas. Del ida y vuelta a la nada. Así fue el partido entre Universidad Nacional Villa María e Yrigoyen de Tío Pujio en Plaza Ocampo. Un partido que terminó 1 a 1 por la aparición oportuna de los goleadores en cancha, pero que se fue desdibujando con el correr de los minutos hasta que los dos equipos debieron conformarse con poco.
Se podría decir que Yrigoyen dejó una mejor imagen en el balance general y que, por esa cuestión, además de lo que significa sumar de visitante ante el puntero y último campeón, debería disfrutar mejor el empate. Sin embargo, la “U” logró salvar la ropa luego de ir en desventaja y mantuvo el invicto en la Zona A, aunque perdió la punta.
De todas maneras, ambos tuvieron dos caras.
Lo mejor se vio cuando el “Diablo” capitalizó la buena relación en la cancha de sus dos delanteros de jerarquía, ya que Diego Marín y Facundo Basualdo se buscaron seguido para desnivelar a la última línea académica, que no daba garantías.
El propio Basualdo tuvo una chance clara al minuto de juego, pero se dejó caer ante la salida de Rafael Ballatore y el árbitro Jonathan Correa no vio penal.
La jugada marcó tendencia por el inicio de la misma, ya que se gestó por un error en la salida del fondo de Universidad, cuyos volantes externos, Martín Truglio y Gustavo Reyes, no supieron cómo progresar en el campo.
Precisamente, un nuevo yerro en la salida derivó en el primer gol del partido, a los 14 minutos, cuando Marín recibió el obsequio y picó por derecha para mandar el centro a media altura. Y Basualdo, anticipándose por el primer palo, alcanzó a poner el botín para abrir el marcador.
Con el 1 a 0, el equipo de Leonardo Comba no retrocedió, al contrario; tuvo recuperación en el medio con los dos centrocampistas (Leandro Grosso y José Navarro) y acompañó a sus delanteros con las subidas constantes de Diego Gabetta, por derecha, y Lucas Morre, por izquierda. Entonces la “U” anduvo con problemas y estuvo a punto de sufrir el segundo gol rojo, pero Marín remató apenas afuera tras un rechazo corto de Michael Villagra.
Los tres delanteros que puso Joselito Bernadó no pudieron ante la línea de cuatro defensiva y combativa del visitante, como así tampoco funcionaron en el ataque los volantes del local.
Cortado y sin ideas, Universidad apenas pudo llegar con un tiro libre tremendo de Martín Truglio que hizo estrellar el travesaño.
Después levantó el local cuando Reyes entendió que debía ocupar espacios sin pelota para recibir arriba. Y fue desde ese carril donde nació el empate.
A los 31’, Mauro Fuente, bajando para recibir la pelota, abrió para adelante y encontró a Reyes, quien envió el centro pasado. El arquero Matías Tissera no despejó en la salida y por detrás de todos apareció Rodrigo Liendo con ese instinto de goleador que le hizo conectar la pelota de volea para rubricar el 1 a 1.
El gol animó al equipo de Bernadó, que terminó la primera etapa con cierto protagonismo, aunque la más clara fue de Basualdo, en el otro arco, donde Ballatore estuvo atento para controlar el tiro de primera.
En las tribunas, la expectativa de la gente quedaba para el complemento, pero los jugadores no cumplieron como correspondía.
Las fricciones constantes ante un árbitro que “no dejó pasar una” destiñeron el partido y provocaron nerviosismo.
En ese contexto, Yrigoyen tuvo dos nítidas en el arranque: un tiro de Morre que Ballatore sacó abajo, con una mano, y un cabezazo de Echeverría, a las manos del arquero.
Después Liendo marcó en posición adelantada. Pero el fuego se fue apagando.
Los dos equipos abusaron del pelotazo y llevaron el juego a las imprecisiones en el mediocampo. Encima, los goleadores se contagiaron con esa falta de justeza en el toque. Y así Marín se lo perdió primero ante “Rafa”, y Liendo luego dilapidó su chance con un tiro de emboquillada sin fuerza.
Quedaron en deuda, es cierto, aunque dio la impresión que no quisieron regalar ni un milímetro. Y así el 1 a 1 terminó inmodificable.

La figura

Rafael Ballatore imitó a Gatti en una jugada y la salió bien. También le tapó un remate difícil a Morre, con una mano y al lado del palo. Y descolgó centros con maestría. En Yrigoyen, bien los delanteros, generando espacios constantemente.

El árbitro

El cordobés Jonathan Correa, en su primer partido como juez del fútbol local, exasperó a la gente porque no utilizó la ley de ventaja y vio infracción en cada roce. Igual terminó el partido sin problemas y no se equivocó en las tarjetas. Sólo le faltó amonestar a Morre por una falta dura sobre Fuente.