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Foto del show en la capital (gentileza Diario Panorama, Santiago del Estero) |
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Todo comenzó muy temprano y terminó muy tarde. Las bandas teloneras Rouge & Roll y 4 al hilo, no podían calmar demasiada ansiedad. La gente llegaba en manada y las remeras con la inscripción de la banda era lo que más se veía alrededor del Orfeo. Ya para las once de la noche, todo estaba cubierto y la gente entraba apurada porque iba a empezar. Ese iba se concretó una hora más tarde, sabiendo que Axl no es muy puntual.
Cuando salió el lugar explotó… Literalmente. Es que en un show que tuvo muchísima energía y potencia la pirotecnia y las bombas hacían de él algo más impresionante e intimidatorio. “Chinese Democracy” es el título del último CD y del tema que abrió la noche, con la pantalla súper gigante que pasaba imágenes alusivas. En medio de ese tema habló al público pero para pedir -mediante traductor- que no tiraran “más mierda” al escenario “Si no me pegan a mí, le van a dar a alguna de estas lindas personas de aquí abajo. Tengamos todos un buen momento", dijo mientras los asistentes limpiaban la cerveza tirada…
Dizzy Reed y Chris Pitman en teclados; el bajista Tommy Stinson, y el baterista Frank Ferrer, DJ Ashba, Ron "Bumblefoot" Thal y Richard Fortus, el trío de guitarras – que sirven para no hacer extrañar tanto a Slash- acompañan y de muy buena forma a un Axl que con sombrero negro, lentes de sol y de cuero hace delirar a los fanáticos que se llegaron.
La lista de temas continuó con “Welcome to the jungle”, en un show donde el repaso por los últimos temas y sus hits hizo dar que hablar. “It’s So Easy”, "Mr. Brownstone", la balada “Sorry”, "Live And Let Die" con llamaradas en el escenario, "This I Love" con imágenes de bailarinas, "Better", "Rocket Queen" con imágenes de mujeres muy sensuales "Stranged" con Axl entre delfines. Algún que otro gracias en ingles y el cambio de vestuario para ponerse la bandana típica o para cambiarse el sombrero, lograban que la gente se volviera loca y que las manos con forma de cuernos fuera la postal de la noche del miércoles. "Street Of Dreams" y los éxitos reconocidos de la banda como "You Could Be Mine", "Sweet Child O’Mine", "November Rain" en el piano, "Riff Raff" y luego recuperando un poco la voz con "Knockin' On Heaven's Door" para el delirio de las mujeres y para demostrar que a los 50 la voz la tiene intacta, en una versión que duró muchos minutos. “Nightrain” fue la supuesta partida de Axl, para que volviera y ahí sí, la fiesta fue total. “Don’t Cry”, “Madagascar”, “Patience” bajando un poco los decibeles a la noche fue la penúltima.
“Paradise City” fue el último tema de esta presentación de Axl que no volverá tal vez por mucho tiempo. Fue ahí en que el pogo más grande se armó, los que estaban en las plateas saltaron sobre sus butacas, y la explosión ruidosa no hizo más que asegurar que estaban ahí ellos. Los Guns And Roses. Entre pirotecnia, fuego y papeles por todo el Orfeo Axl gritó “Good fuckin' night, yeah” y tiró el micrófono al público.
Esta banda ícono del rock mundial de los ‘80 y ‘90 se despedía, ante un público fiel y exaltado. Ya eran las 2.50 del jueves. Ya era hora de irse a dormir, pero viendo a los fanáticos que salían de allí, la verdad que era imposible luego de que pasaran ellos.
Juan José Coronell
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