El padre del chiquito de siete meses que fue internado en el Hospital Pasteur a raíz de las serias lesiones que le fueron provocadas en forma violenta y en más de una ocasión en el seno familiar, se abstuvo ayer de declarar, al ser indagado por el fiscal que instruye la causa, Félix Martínez.
Desde las 13.30 y por espacio de no más de media hora, G.E.G. compareció en el Palacio de Justicia villamariense, al que fue trasladado desde la Comisaría de Distrito, donde se encuentra alojado desde el domingo pasado.
El joven de 22 años, cuyos datos filiatorios mantendremos en reserva para preservar la identidad de la víctima y las de sus dos hermanitos, también menores de edad, está imputado como presunto autor de “lesiones graves calificadas” por el vinculo y “amenazas reiteradas”.
El primero y más grave de los delitos que se le atribuyen tiene una pena que va de los tres a los 10 años de prisión y, si bien desde el punto de vista procesal es excarcelable (ya que el mínimo no supera los tres años), todo parece indicar que G. continuará detenido por las características del hecho y la reiteración de los episodios de violencia que son materias de investigación.

Defensora oficial

Durante la indagatoria, el acusado fue asistido por la defensora oficial Silvina Muñoz y, además del fiscal Martínez, intervino en las actuaciones la secretaria Susana Puente, quien tras la negativa de G. a declarar, le receptó sus datos personales.
Una vez cumplida la medida procesal, el joven fue nuevamente llevado por personal policial hasta la sede de la Comisaría, desde donde hoy será trasladado al Establecimiento Penitenciario Nº 5, en barrio Belgrano, para continuar a disposición de la Justicia.
Como se recordará, el fiscal Martínez dijo el lunes que “con los elementos de prueba reunidos, se determinó que el padre del niño fue el autor de los golpes” que motivaron su internación en el nosocomio público de calle Mendoza.

Serias lesiones

El impactante caso empezó a develarse el fin de semana cuando el niño recibió la que habría sido la última golpiza, durante la cual sufrió serias lesiones en la cabeza. A raíz de ello fue trasladado hasta el Pasteur para ser atendido convenientemente.
Lo primero que observaron los médicos fue las características de las heridas que presentaba el bebé, sobre todo en el rostro, lo que determinó que se realizaran estudios más extensivos sobre su cuerpo. Fue así que detectaron que presentaba varios traumatismos, pero no del momento, sino de golpes que le habrían aplicado en jornadas anteriores.
En ese sentido, el fiscal explicó: “Tomamos conocimiento del hecho a través de los médicos que atendieron al niño y advirtieron algunos golpes sospechosos”. Ante ello, “se ordenó un mapeo radiográfico que determinó la existencia de fracturas anteriores, aunque no tan viejas”.
Precisamente, los profesionales intervinientes diagnosticaron que la criatura, además de las lesiones en el rostro provocadas el sábado, también sufrió fracturas anteriores en una de sus extremidades superiores y en una de las clavículas.
Los sucesivos hechos de violencia habrían ocurrido en Arroyo Cabral, localidad donde actualmente está radicada la familia que integran los padres y tres niños.
Sin embargo, la familia de G. llegó a la vecina población hace poco más de tres meses, procedente de Villa del Rosario, donde incluso habría nacido el niño golpeado.