Un historiador versado en el Holocausto, recomendó ayer a los docentes "evitar la pornografía de exhibir fotos de pilas de cadáveres para explicar la matanza" y por el contrario afirmó que "los jóvenes se conmueven más leyendo una oración de solidaridad escrita en el gueto de Varsovia".
Sebastián Klor, un catedrático de la Universidad Hebrea de Jerusalem, visitó la Medioteca Mariano Moreno ayer, como parte de la "Jornada de difusión sobre genocidio y derechos humanos", organizada por el Ministerio de Educación provincial y otras entidades.
En la ocasión también disertó entre otros Edgar Wildfeuer, el único sobreviviente del campo de concentración de Auschwitz que vive en nuestra provincia (ver recuadro).
Klor afirmó que "hoy sabemos que lo que ocurrió con el nazismo alemán no fue un ataque de locura, un acto anómalo de la Historia, sino un asesinato montado sobre una ideología nefasta, que aún existe en Villa María, en Córdoba y en todas partes, aún en Israel, y que impulsa los actuales genocidios".
"No es cuestión de hablar de número de muertos ni de sufrimiento, ya que nadie puede medir el sufrimiento y si fue más o menos que el de otros pueblos, hay que decir que el Holocausto fue un asesinato masivo realizado con el método de la producción fordista, a la manera de una fábrica moderna", aseguró el disertante, quien acompañó su exposición con una presentación multimedial, abundante en textos y fotos de la época, así como de libros fundamentales para entender el hecho histórico.

Eran terrestres

"Los nazis no eran extraterrestres, eran seres humanos que vivieron en un país que se fue preparando para el genocidio, a través de una prédica antisemita, pero donde también se persiguió a otros grupos sociales. Los campos de concentración no se crearon para los judíos, sino para los opositores políticos. También exterminaron a los discapacitados, a los gitanos, a los homosexuales", agregó.
Por otra parte, destacó que "como en ningún otro genocidio, en el Holocausto se manifestó una particularidad: el exterminio de los judíos no fue un medio, sino un fin, el de acabar con una raza humana que según sostenían, destruía la cultura".
Asimismo, Klor, en diálogo con EL DIARIO, comentó que la pretensión de lograr una pureza étnica, "con la famosa raza aria, era un concepto pseudocientífico, en el que ni siquiera ellos caían dentro de la clasificación, ya que Hitler era petiso, Goebbels padecía de renguera, y Heydrich era judío. Además, hicieron una alianza militar con Japón, que por supuesto no tenía nada que ver con el estereotipo de la raza aria".
Consideró que "contra lo que puede creerse, el exterminio de los judíos no estaba en los planes iniciales del nazismo, que comenzó con la política de expulsarlos de Alemania. Cuando invadió Polonia, se encontró con tres millones de hebreos, y allí comenzó a improvisar políticas de persecusión, que llegaron a su punto máximo con los campos de exterminio".
"Es incorrecto relacionar la tradición racionalista y científica alemana con el nazismo, por el contrario, el Tercer Reich fue una expresión contínua de irracionalismo", dijo Klor.
Igualmente, el historiador, que hoy volverá a Jerusalem, señaló que "los nazis eran conscientes de que su accionar con los judíos era inmoral y criminal, ya que se cuidaron muy bien de mantener a la denominada ‘solución final’ en secreto".