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El historiador, docente y periodista Bernardino |
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Escribe: Rubén Rüedi (*)
Las fuentes historiográficas sobre los orígenes de Villa María son escasas. Las “memorias de Bernardo Fernández”, pionero de las horas fundacionales, publicadas en un diario de Córdoba en la segunda década del Siglo XX, es el antecedente más remoto sobre la narración de los episodios ocurridos en tiempos pretéritos. Además de la documentación atesorada en el Archivo Histórico Municipal.
Poca elaboración existía sobre los hechos trascendentales de la vida política, institucional, social, cultural de las décadas posteriores, sin obviar la obra de José Pedernera.
Pero sería Bernardino Santiago Calvo el hombre que exhumó la historia de Villa María de manera integral para forjar a fuego su nombre en esa misma historia.
Calvo dejó una obra monumental, tan grande como su paso por la vida, su entrega absoluta a la investigación histórica, a la docencia y al periodismo político y cultural.
Las prisiones de la dictadura
Su vida, conmocionada por la ignominia en los años sombríos de la última dictadura que lo echó de bruces a las prisiones tan sólo por asumir su posición ideológica y pensar y decir y escribir en consecuencia.
Difícilmente su nombre pueda ser borrado por los vientos del tiempo, muy por el contrario, a medida que su semilla germine -aquella que en su numen guarda la autoestima ciudadana- crecerá su nombre como llama votiva que alumbre el camino de regreso a las fuentes donde abreva el futuro comunitario.
Villa María es una ciudad de fuertes rasgos cosmopolitas, de permanente dinámica en las variables demográficas, donde es necesario afianzar el sentimiento de pertenencia a la patria chica y más aún revitalizar la memoria colectiva. De otra manera se perderían los puntos de referencia sobre nuestra propia identidad y estaríamos a expensas de malas interpretaciones involuntarias o erróneos fundamentos sobre ciertos hechos del pasado que suelen ser de vital importancia a la hora de entender comportamientos del presente.
Por eso, la obra de nuestro insigne historiador es basamento de la común memoria.Se podrá seguir escribiendo la historia de la ciudad, desde distintas perspectivas, con métodos asistidos por la tecnología, con nuevos hallazgos de documentos; pero siempre en el camino estará, incólume, la obra gigante de Bernardino Santiago Calvo.
El fue uno de esos hombres que todo pueblo necesita para encontrar su identidad. Dejó su nombre bruñido en la historia villamariense y a diez años de su muerte lo recordamos con admiración, gratitud y profundo afecto.
(*) Presidente de la Junta Municipal de Historia. Compartió con Calvo y Graciela Yessín la autoría de “Cantata a Villa María”
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