Nadie duda que la construcción y la comercialización de las propiedades le imprimió un crecimiento económico inusual a Villa María.
Lejos de aquel boom que se dio entre los años 2006/2008, el ritmo de obras sigue su curso.
“Ya no estamos entre las primeras ciudades del país en índice de construcción ni somos la segunda de la provincia, como en aquella oportunidad, pero igual, se sigue avanzando con obras”, dijo Mario Alves, corredor inmobiliario y miembro del Tribunal de Disciplina del Colegio Profesional de Martilleros y Corredores Públicos de la Provincia de Córdoba.
Entiende que la Universidad ha sido una de las instituciones de la ciudad que hizo que no se detuviera el interés por los edificios de propiedad horizontal y los complejos de departamentos, adquiridos por inversores que buscan la renta del alquiler que dejan los estudiantes.
También comenzó otro fenómeno que tiene que ver con la inversión en loteos “tanto en Villa María como en localidades cercanas que se convierten en pueblos dormitorios. Es un fenómeno que está empezando”, dijo.
Además, la ciudad que hace obras públicas y que ofrece espectáculos y centros de esparcimiento “hace que mucha gente de la zona compre departamentos para pasar los fines de semana”, agregó, al enumerar las razones que sostienen el ritmo de construcción.
Asegura que, dado que esta ciudad tiene en el río el límite natural “se va creciendo hacia la Universidad y hacia la autopista”.
“Me animo a decir que en los próximos años se va a llegar hasta la autopista y el barrio San Martín, por ejemplo, se va a jerarquizar y convertirse en un barrio similar al San Justo”, afirmó.
El coletazo de ese boom, probablemente se pueda ver en la cuestión de los precios. “Siempre el propietario valúa por encima lo que tiene. Hay confusión en el tema de los valores de los terrenos”, explicó.
Alves, quien además es tasador, indicó que el Colegio dispone de una tabla orientativa de los terrenos en Villa María. “Los precios van de 100 pesos el metro cuadrado en los barrios más alejados y con menos servicios, a 4.500 pesos en el microcentro, es decir, más caros que en Puerto Madero”, dijo.
“Sin embargo, esos valores fluctúan en función de los servicios, si hay o no construcción y el tamaño. Por ejemplo, un terreno ideal es de 10 por 30 metros, si es más grande, va bajando el valor del metro cuadrado, porque no se tasa igual los metros del frente que los del fondo”, explicó.
Finalmente y como miembro del Tribunal de Disciplina, Alves señaló que desde el Colegio siguen adelante en su batalla “contra los ilegales”.
“Los clientes tienen que saber que si hacen una transacción con alguien que no está matriculado en el Colegio, no tiene ninguna garantía. Los matriculados depositamos una fianza para que, en el caso de mala praxis, la persona que se ve afectada pueda recurrir a la institución que responderá. Los no matriculados o usurpadores de títulos, no pueden garantizar nada”, concluyó.

La conmemoración

El 23 de octubre de 1967 naciera una entidad de carácter gremial-empresaria bajo el nombre de Cámara Inmobiliaria de Córdoba.
El 30 de octubre de 1984 se sanciona la Ley 7.191, a través de la cual los corredores inmobiliarios y los martilleros alcanzan la jerarquización de sus profesiones a través de la formación del Colegio Profesional de Martilleros y Corredores Públicos de la Provincia de Córdoba. En esa Ley se consagra, en forma oficial, el día 23 de octubre como el Día del Corredor Inmobiliario, instaurado y celebrado ya desde 1982 por la Cámara Inmobiliaria de Córdoba.