La triunfal elección de Cristina Fernández de Kirchner en las presidenciales de ayer, mostró a un pueblo totalmente convencido de que debe seguir gobernando al país, algo que decididamente manifiesta que la voluntad popular está de su lado, le pese a quien le pese.
Hacedora de una carrera política propia, Cristina ganó la primera magistratura en 2007, sucediendo a su esposo Néstor Kirchner, y desde entonces encontró en el camino miles de oscuros obstáculos venidos de poderosos medios de comunicación, que no obstante fue sorteando hasta recibir ayer, otra vez, el inmenso respaldo de los argentinos.
Esa decisión popular tonifica no sólo a su Gobierno sino que dignifica al pueblo, que le dio la espalda a los que pensaron que una frágil mujer era presa fácil de los mezquinos intereses.
La presidenta, vale reconocerlo y admitirlo, mantuvo estable la economía del país, profundizó la lucha contra la pobreza, consolidó la emancipación de la deuda y achicó la impunidad de los crímenes de la dictadura, entre otros tantos logros que ayer tuvieron la marcada respuesta.
Al comenzar 2008, Cristina entabló con los productores agropecuarios opuestos a la nueva retención impositiva un crudo pulso, y muchos pensaron entonces en la debilidad de su imagen que con el correr del tiempo no quedó para nada en evidencia.
Siempre reivindicativa, la presidenta justificó actuaciones en aras del servicio público y el interés general, mientras redobló su apuesta por las políticas de “redistribución de la riqueza”, como la Asignación Universal por Hijo, amortiguando con éxito el impacto negativo de la recesión de 2008-2009 gracias a una batería de créditos y subsidios a la producción y el consumo para empujar la demanda interna.
Como resultado, en 2010 el PIB argentino creció un extraordinario 9%, con la consiguiente creación de empleo. El modelo K incluía un discurso progresista que en materia de costumbres sociales se sustanció en el matrimonio homosexual.
La súbita desaparición de Néstor Kirchner, conmocionó a la Argentina y desoló a Cristina, que no ocultó su dolor al público. La incertidumbre general sobre el futuro que aguardaba al kirchnerismo al quedarse la presidenta sola no tardó mucho en despejarse: sobrepuesta a la pérdida, Cristina se encontró con un renovado caudal de simpatía popular, que tomaba nota de su faceta más emocional y de las realizaciones económicas y sociales de su Gobierno.
Fue el nacimiento de la “nueva CFK”, que en junio de 2011 confirmó su candidatura reeleccionista y que en agosto siguiente barrió a sus contrincantes de la oposición en las elecciones primarias. Lo mismo ocurrió ayer en las generales.
Cristina Fernández de Kirchner acentuó su liderazgo sin ninguna clase de discusiones y los motivos están resguardados por la gran masa que acudió a las urnas para votarla.
Planes sociales, planes educativos, planes deportivos y planes económicos, entre otros tantos, fueron puestos ayer en la balanza por millones de argentinos, para inclinar el peso de la responsabilidad reivindicativa a una presidenta que intentará mantener o acrecentar el crecimiento cuatro años más.
El pueblo le brindó su apoyo. Y el pueblo manda.
SEMILLERO
Otras notas de la seccion Semillero
Gimnasia y El Porvenir, los dueños de la felicidad
Un "fina" espectacular
Gimnasia y un grito anhelado
El Porvenir repitió la historia
Glorioso estreno de Gimnasia
|