Evoluciona satisfactoriamente, a 44 días de su operación, la primera paciente intervenida por el Grupo Interdisciplinario de Cirugía Metabólica y Obesidad (ICMO) de nuestra ciudad.
Lidia Alanis, una empleada doméstica de 51 años, oriunda de Etruria, pesaba 113 kilogramos, y ya ha descendido unos 20 en el escaso tiempo transcurrido desde que se le realizó un by pass gástrico.
Además de poseer obesidad mórbida, Lidia padece de diabetes, por lo que la operación fue un desafío adicional del grupo ICMO, vinculado a la Clínica de Especialidades.
La mujer había sido operada hace cinco años en Buenos Aires, pero el resultado no fue el esperado, al punto que en la intervención de setiembre pasado -que duró 150 minutos- parte del tiempo se insumió en corregir la práctica anterior.
El equipo estuvo integrado por los cirujanos Fernando Oliva, Miguel Peralta y Pedro Bellotti, acompañados por la clínica Marcela Gómez, la psicóloga Natacha Trobbiani y la nutricionista Daniela Arnaudo.
El equipo está preparando a otros pacientes para nuevas intervenciones cuya concreción depende entre otras cosas del trámite respectivo ante obras sociales o mutuales.
En el caso de Lidia, la gestión fue infructuosa, ya que su obra social ya había pagado la cirugía bariátrica en la Capital Federal, y es así como el dinero para pagar la segunda operación fue reunido entre un grupo de amigos de la paciente, entre ellas su empleadora y amiga Edilia Nicola, la mamá del arquero Albano Bizarri, quien se declara una entusiasta "enfermera" de Lidia, a quien la une una relación de hace muchos años.
Edilia también fue operada por obesidad, años atrás.
El cirujano Oliva dijo a EL DIARIO que Lidia "aunque se la notaba muy ansiosa, tuvo una gran constancia en todo este largo proceso de preparación, lo que es muy importante". Aclaró que "ahora ella se encuentra de alta quirúrgica, pero debe concurrir frecuentemente para el control posoperatorio". Hasta ahora, sólo ha sufrido algunas señales de escoliosis.
El trabajo en el quirófano fue por la metodología convencional, debido a las tareas derivadas de la cirugía de revisión. En un caso más simple, se puede practicar el by pass gástrico con laparoscopía, por lo que la internación no supera las 72 horas.
Por su parte, la paciente dijo a nuestro cronista que se siente "muy feliz, contenida por el grupo, respiro mejor, puedo subir una escalera y caminar, aunque sea unas pocas cuadras. Todo empezó a cambiar cuando los médicos me hicieron entender que yo estaba enferma de obesidad".
Su estómago, se comparó, fue reducido a una capacidad equivalente a una tacita de café, por lo que debe cumplir con ingerir de seis a ocho comidas diarias. "Cuando quedo sola frente a la heladera no me tiento, porque no tengo hambre", comentó.
El Grupo Interdisciplinario de Cirugía Metabólica y Obesidad (ICMO), comenzó a funcionar en marzo.
En el mundo actual, se considera que el veinte por ciento de la población padece de obesidad mórbida (un exceso de peso superlativo), con un índice de masa corporal de 40 o más.
El grupo es el quinto de la provincia en la materia y el primero en el interior.
La ciencia actual ha determinado que la cirugía bariátrica no es sólo aplicable a la obesidad, sino también a la diabetes, la hipertensión arterial y a la dislipemia, patologías en las que se logra la curación.
El grupo ICMO está capacitado para realizar los distintos tipos de cirugía bariátrica: reversible, como el cinturón o banda gástrica, e irreversibles, como la manga gástrica y el by pass gástrico.
Para la operación, el paciente debe ser tratado psíquica, clínica y nutricionalmente con anterioridad, en un proceso de tres meses por lo menos. En ese lapso previo, debe perder un veinte por ciento de su peso.
Este tipo de cirugías está vastamente desarrollado en el mundo y ha logrado en una década importantes progresos. Dependiendo de los casos, se consigue bajar hasta 100 kilogramos en un año.