El grupo de Cuba llegó por primera vez a Córdoba. En una hora y media hicieron cantar y bailar al Orfeo con los ritmos típicos de aquellas partes del mundo. Lo más importante a continuación
Muchas generaciones en el mismo lugar. Varias remeras y banderas de Cuba, todos con una sonrisa como principal protagonista. El motivo eran cuatro palabras que se convirtieron en uno de los estandartes de la música cubana. Buena Vista Social Club, que se supo ganar el amor y el respeto de todo un continente aunque ya pasaron esa frontera.
Todo comenzó quince minutos después de lo estipulado, a las 21.45 las luces se apagaron y los tambores, bongoes y las voces increíbles sonaron con: “El carretero”. “Toma chocolate”, “De camino a la vereda”, “El cuarto de Tula” fueron algunos de los primeros temas.
Mucho no interesaba cuál era el tema que sonaba. Lo que quedaba claro es que las butacas puestas en el sector pista estaban de más. El cuerpo de los presentes pedía movimiento, pedía baile y las butacas impedían eso. De todos modos la gente se las arreglaba para poder bailar sola o acompañada.
Fue en ese momento que el Orfeo se vino abajo. Omara Portuondo entró cantando y avivando a la gente. La cantante, una de las más importantes y respetadas de la historia cubana estaba ahí presentada como “la más sexy y la más linda de Cuba” por sus compañeros. Ella, la única que quedó de la original formación de esta banda que comenzó en un documental donde revivían el club de baile que diera el nombre a estos enamoradores de la música.
El primer tema que cantó con su voz inigualable fue “Tres Palabras”, “No me llores más”, “Veinte años”, para que su compañero le preguntara de dónde sacaba aire. Y es que a punto de cumplir 81 años impresiona escucharla y verla con tanta vitalidad. Misma vitalidad que llevan sus letras y su forma de transmitir lo que sabe hacer. Así lo hizo con “Hasta siempre comandante” en ese nexo de Argentina – Cuba que significa Ernesto Guevara. “Quizás, quizás, quizás”, para luego en el final arrasar con los temas como “Chan Chan”. “Dos gardenias” y “Candela”.
En ese último tema en que ellos dicen “Me quemo ahí” el público ya no esperó más. Y la Bandera cubana cosida a la de Argentina fue el decorado que faltaba para el cariño que le brindó Córdoba. Un día lluvioso que quedó en el recuerdo por el baile, por el bolero, el danzón y cha cha cha. El día que Portuondo, el Guajiro Mirabal y el “Aguaje” Ramos pasaron por Córdoba y dejaron la felicidad en el cuerpo de los presentes.
Y usted sepa disculpar si esta nota salió un poco movida. Es que este humilde cronista no pudo aguantar y dio rienda suelta al baile.

Juan José Coronell