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Javier García denunció a un efectivo policial por maltrato |
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Un artista local denunció que fue víctima del maltrato policial el pasado domingo, poco después de haber votado. A continuación, transcribimos la historia narrada de su puño y letra:
“Me presento: soy Javier García, en Villa María, más conocido como el ‘Payaso Javi’. Vuelco mis palabras de esta manera, y a través de EL DIARIO, porque ante la desesperación y el miedo, sinceramente no logro superar o entender esto que me sucedió.
El domingo 23, día de elecciones, creyendo que iba a ser un día más, un día normal en mi vida, me presento como todo ciudadano a votar y a cumplir con mi deber democrático, en las instalaciones del Instituto La Santísima Trinidad.
Yo iba acompañado de mi esposa e hija ya que votamos ambos en dicho establecimiento y al salir todo comenzó a ser un infierno, prácticamente. Nos detuvimos a comprar pochoclos en el carrito estacionado en el lugar, cuando de repente, mientras mi señora y mi niña cruzaban el bulevar, uno de los policías que estaba "custodiando", llamado Esteban Maschio, comienza a murmurar y reírse con un amigo que estaba ahí con él, señalando a mi mujer. En ese momento, cuando me acerco y en forma educada le cuestiono qué estaba haciendo, al instante me responde: ‘Vos estás muy equivocado’, y siguiendo su discurso, se ríe en mi cara diciendo que me temblaba el mentón (problema que surge cuando me pongo nervioso).
Segundos después, su compañero, también funcionario público del cual desconozco su identidad, intenta apaciguar la situación, ante lo cual el policía Maschio hace caso omiso.
Me retiro del lugar, en dirección a mi automóvil, en el cual llegamos al lugar para luego salir de viaje. Y el funcionario nombrado anteriormente me persigue diciéndome que crucemos a la vereda del frente para que yo no pase vergüenza y ‘las cosas sean más tranquilas’ (palabras textuales de él) y me encuentro con mi hija llorando y mi señora que no entendía nada.
He allí cuando solicita asistencia del CAP y concurren al lugar para luego llevarme detenido. Y como si esto fuera poco también ¡esposado! Al llegar a la Comisaría, sin preguntarme por lo sucedido, ni permitirme declarar o defender mi situación, directamente me encierran en una celda (que nunca había conocido en toda mi vida) en la cual permanezco desde las 10.30 hasta las 22 del día domingo.
Pasaría horas y horas escribiendo, porque jamás en mis 32 años de vida me sentí tan abusado, triste, desorientado y basura como me sentí en esas 12 horas que ‘nunca voy a olvidar’, en las cuales no sólo estuve encerrado, sino también recibiendo amenazas de este señor que se escuda con su uniforme para abusar de su poder.
Sin otro particular, sólo quiero resaltar en estas últimas líneas que los demás policías, o muchos de ellos, me acompañaron, me tranquilizaron y me trataron como un ser humano que soy.
Quiero agradecer a EL DIARIO por permitirme contar y no callar, ‘también a la gente de Vecinos Autoconvocados Contra el Abuso Policial (VACAP) por su apoyo, al señor Darío Ranco, a mis familiares y amigos, que estuvieron conmigo en esta mala pasada”.
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