Escribe: Gaspar Bachanini

En una tarde ideal para la práctica deportiva, los dirigidos por Christian Romero supieron sacar adelante un partido que en algunos pasajes se presentó un tanto adverso. Sin embargo sus jugadores sacaron a relucir su temple y marcaron la diferencia en una instancia crucial del juego.
La primera parte fue jugada con mucha actitud e intensidad pero con la sorpresiva ausencia del buen fútbol. Más si se tiene en cuenta que se enfrentaban dos equipos que se destacan por siempre proponer y tratar bien a la pelota.
Conociendo dicho escenario, las jugadas de gol también brillaron por su ausencia. Cuando promediaba la mitad inicial, el conjunto visitante pudo haber conseguido la ventaja a través de la movilidad constante de dos grandes jugadores como son Gabetta y Marín. Pero siempre se toparon con la saga defensiva del “lobo” que jugó en gran forma y se mostró sólida, segura y bien ordenada con Jacobi y Braun.
Por el lado del local, sólo acechaba el arco contrario cuando el circuito de juego era integrado por Gonella, Pacifici y Andrada. Además de contar con la potencia ofensiva de un hombre que está teniendo un gran campeonato y que sería clave en el desarrollo del partido, Ramiro Cortez.
Así pasaba un primer tiempo muy disputado en el mediocampo y con poca claridad en ambas partes.
El segundo acto mostró más de lo mismo aunque con una leve superioridad de Hipólito Yrigoyen. Los dirigidos por Comba parecían tomar las riendas del juego pero no lo podían plasmar en el marcador.
Sin embargo y debido a esas cosas tan lindas de este deporte, cuando parecía que estaba al caer el gol visitante, en una jugada aislada que se dio a los 34’ Gabriel Gonella tomó el balón en la medialuna contraria, se hizo el espacio por medio de una efectiva gambeta y sacó un remate cruzado que se hizo incontenible para el arquero visitante: 1 a 0 y delirio en la parcialidad local que se hizo presente en una considerable cantidad.
Sin dudas el gol cayó como un baldazo de agua fría en los de Tío Pujio. Que, ya sin fuerzas, siguieron buscando la paridad por todos los medios y comenzó a dejar espacios en el fondo, un pecado mortal si al frente está Ramiro Cortez.
Es que, el joven delantero controló la pelota en la mitad de la cancha y, en un ataque furtivo, desparramó a media defensa rival y definió en gran forma para liquidar el pleito a falta de sólo tres minutos.
De esta forma, el Deportivo Argentino consiguió tres puntos fundamentales con vistas a los cruces venideros. Tres puntos que también le permiten superar en la tabla a un Yrigoyen que, con la caída y a la vista que tendrá un juego menos que el resto en esta recta final de la pelea por la clasificación, complicó su aspiraciones.