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Facundo Depetris trata de tener la pelota mientras cae. Alumni sumó su octava derrota en el campeonato |
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Escribe: Juan Manuel Gorno
EEstás último y te gana el penúltimo a domicilio; te emboca un golazo tremendo un ex jugador del club, se te lesiona -en el primer tiempo- el defensor con más proyección en ofensiva. Tenés una posibilidad frente al arco y la pelota te pica mal. Y encima, cuando estás ahí de un gol salvador, te agarran en el área y el árbitro no mira (o no quiere ver). ¿Te puede pasar algo peor, Alumni? Y sí, que te hundas en la tabla como nunca antes y que tu hinchada más fiel empiece a pedir por un nuevo armado de la dirigencia, como buscando una salvación afuera de la cancha.
Así es el triste panorama del representante local en el torneo Argentino A, un club que sigue penando por las cosas que hizo mal y que este equipo (aunque sea con cambio de técnico) no puede ocultar en el verde césped.
Ganarle a Central Norte de Salta no era una opción, sino una necesidad imperiosa. Pero está claro que lo negativo permanece en el “Fortinero”, que al final perdió 1-0 y se quedó abajo, con dos puntos miserables en un torneo donde todos se escapan. Incluso el propio “Cuervo” salteño, que hasta anoche no había ganado nunca en el certamen, esta vez se destapó ante los villamarienses.
No es casualidad. Alumni jugó horrible en la primera etapa y, cuando despertó en el complemento, el tiempo lo fue apretando hasta dejarlo sin nada.
Con una línea de cuatro defensores, otra de cuatro volantes y dos delanteros, el equipo conducido por el “Zurdo” López intentó hacerse de la pelota de arranque, pero rápidamente Central Norte supo cómo ensuciarle el partido, con más enjundia que ideas, pero con un enganche (ex Alumni), Matías Manzano, convertido en el único capaz de poner la pelota al piso para buscar a sus compañeros.
Más allá de esto, el partido se discutió bastante en la mitad de la cancha, donde los volantes centrales del local carecieron de precisión y Fernando Brandán, recostado por la izquierda, no encontró compañías en el juego corto. Igual el problema estuvo arriba, donde Nicolás Gayoso fue superado por sus propios nervios y el oficio de los defensores rivales, mientras Lucas Gómez demostró que le cuesta jugar de espaldas al arco.
La única vez que Alumni arrimó peligro en esa etapa, fue con un tiro libre que Brandán ejecutó para el anticipo de sus compañeros pero el arquero Mariano Maino estuvo atento.
Central Norte tampoco hizo demasiado pero preocupó un poco más cuando la defensa de Alumni perdió la pelota en la salida.
Primero Weiner, con un centro que Campos no logró conectar (en una jugada que terminó con Diego Villagra lesionado) y luego Manzano, con un cabezazo desviado, advirtieron sobre la valla de Sebastián Hernández.
Pero el propio Manzano tuvo desquite sobre el final de la etapa y, después de un mal rechazo de la última línea local, tomó la pelota afuera del área y sacó un teledirigido formidable que viajó con violencia hacia los piolines, ante la inútil estirada del portero.
Mas agresivo
La exigencia del partido llevó al “Zurdo” López a patear el tablero para el segundo tiempo, cuando Víctor Rena entró de arranque (en lugar del pibe Gayoso) como para trabajar más sobre los centrales del visitante.
Federico Silvestre estuvo a punto de empatar pero se chocó con Gómez cuando se aprestaba a disparar en la puerta del área.
El partido se animó y Central Norte también tuvo lo suyo, de tal manera que Weiner quedó cara a cara con Hernández pero la definición del delantero fue controlada por el arquero, a los 5 minutos.
El problema para el visitante lo generó Alumni con su sacrificio y, sobre todo, Federico Chávez con su tonta expulsión (manoteó la pelota con intención cuando estaba amonestado). Y así, con un hombre de más, el equipo del “Zurdo” fue al frente.
La gambeta para adelante de Martín Dopazo (remplazante de Brandán) le sirvió al equipo villamariense para penetrar por el costado izquierdo, mientras por derecha Sergio Zanabria hizo lo que no pudo Ezequiel Reina: llegar al fondo y meter el centro al segundo palo donde Facundo Depetris, entrando por sorpresa, no pudo cabecear al gol.
Un minuto después, el arquero Maino le sacó el empate a Dopazo.
Abroquelado en el fondo, Central Norte pareció acorralado pero estuvo a punto de liquidarlo a los 44’, cuando Enzo Noir se demoró ante el arquero Hernández, que se revolcó para arrebatarle el balón antes del disparo. Y en el contragolpe, para darle más dramatismo al asunto, Dopazo quiso definir ante la mala salida de Maino pero el remate quedó en las manos del arquero.
Es cierto que Alumni pudo empatarlo y hubiese sido justo, sobre todo porque el árbitro Gerardo Méndez obvió un penal claro sobre Rosales y tampoco vio la cantidad de agarrones que hubo en el área sobre Rena.
De todas maneras, estas historias son repetidas. Así como se repite Alumni en cada derrota que lo arrastra, cada vez más, a una categoría inferior.
La figura
Matías Manzano, un ex Alumni, tuvo la certeza en un gol “de otro
partido”. Fue uno de los pocos inteligentes en la cancha, con y sin pelota. También se lució el arquero Mariano Maino, en un par de
intervenciones fundamentales.
El árbitro
Gerardo Méndez Cedro, de Luján, tuvo una notable “picardía” para no ver nada en las áreas, donde los
jugadores se dieron con todo. Sólo una vez cobró falta en ataque en contra de Alumni. Pero después obvió un claro penal sobre Rosales. Expulsó bien a Federico Chávez.
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