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Guerra y el Ballet del Mercosur presentaron una selección de tangos y la célebre pieza clásica |
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Una de las tantas virtudes que se le aprecia a Maximiliano Guerra es su apuesta incansable por traducir un espectáculo de danza (ya sea contemporánea, moderna o clásica), en una experiencia vital y apasionada.
El sábado pasado, el prestigioso bailarín y coreógrafo se presentó en el Teatro Verdi (ante una alta concurrencia de público), junto a su Ballet del Mercosur, con una propuesta dividida en dos.
En un primer pasaje se pudo disfrutar de un “compadrito” selectivo de tangos y milongas, con música de Troilo, Bajofondo y Libedinsky. En los últimos y exquisitos cuadros, ya se advertía el interjuego -adrede- entre el baile popular estilizado y las destrezas acuñadas por la formación clásica. La segunda parte, tras un interludio y un primer aplauso para la compañía, contó con una moderna puesta de la recordada obra “Carmen” (y su inconfundible tintineo musical de Georges Bizet). Con una austeridad escenográfica suplantada por un estimulante diseño de coreografías, se puso en movimiento y belleza la pieza de amor, odios y traiciones que tiene en vilo a una gitana, a un torero y un militar.
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