Un anciano resultó ayer víctima de un embaucador que le hizo el viejo pero efectivo “cuento del tío” y le sustrajo 300 pesos en efectivo, todo el capital que el buen hombre tenía, ya que no había cobrado la jubilación todavía y, en este caso, afortunadamente para él.
Todo comenzó en la vía pública cuando el timador, haciéndose pasar por gerente de un banco, abordó a su víctima y le manifestó que los billetes de 100 pesos habían cambiado de numeración, de manera que los que el hombre mayor pudiera tener ya no servían y debían ser cambiados.
Así, el timador acompañó al anciano hasta su hogar, con el fin de trocar los “viejos” billetes.
Incluso trascendió que el ladrón ingresó a la vivienda en la que el damnificado reside con dos mujeres, amablemente y una vez que consiguió el dinero, argumentando que regresaba inmediatamente para hacer el cambio, puso pies en polvorosa y desapareció.
Aparentemente, el o los estafadores (podrían ser dos) utilizan el mencionado recurso para engañar a gente mayor, haciéndose pasar por empleados jerárquicos de un banco y contactan a sus víctimas en la vía pública o telefónicamente. Pero el “cuento” o argumento que utilizan para engañar es el mismo: que los billetes (pesos o dólares) deben ser cambiados.
Se recomienda a todas las personas, en especial a los jubilados o pensionados que perciban sus haberes en el banco, que descrea de cualquier argumento fuera de la entidad bancaria y que, ante cualquier duda, sin llevar el dinero encima, se dirija al mostrador de atención al público para disipar cualquier duda que pueda tener.
Dos robos más
Otros dos robos se registraron en las últimas horas en la ciudad.
El primero fue perpetrado en una vivienda ubicada en la calle Colabianchi a la altura del 900. Allí, los amigos de lo ajeno ingresaron por los fondos de la casa aprovechando la ausencia de moradores y se llevaron una computadora.
Ocurrió poco antes de las 22 del lunes, en el domicilio de un vecino de apellido Payadora, de 33 años.
En tanto, apenas pasados 10 minutos de la medianoche de la misma jornada, en una cochera de la calle Cárcano al 600, se produjo el otro robo, según denunció a la Policía una mujer de 47 años, de apellido Fajardo.
Los cacos se apoderaron ilegalmente de un ciclomotor Zanella de 50 centímetros cúbicos.
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