A requerimiento de la Fiscalía y tras el acuerdo de la Defensa, la camarista Silvia Saslavsky de Camandone le impuso ayer una condena unificada de tres años y tres meses de prisión a un joven que intentó asaltar un almacén en barrio Las Playas de Villa María portando una escopeta.
Se trata de Patricio Sebastián Aranda, de 24 años de edad, quien fue declarado autor responsable de “robo calificado por uso de arma, en grado de tentativa”, delito por el cual se le aplicó una pena de dos años y nueve meses de cárcel.
El juicio oral y público se realizó bajo la modalidad de “trámite abreviado”, porque el acusado reconoció haber cometido el hecho que se le atribuía. De esta manera se omitió la recepción de pruebas testimoniales en la sala de audiencias de la Cámara del Crimen, con lo cual el debate ganó en celeridad.
Además de la jueza Saslavsky de Camandone, intervinieron en el proceso de la víspera el fiscal Francisco Márquez y el abogado riotercerense Alberto Vieytez Monrroig (defendió a Aranda), mientras que el secretario actuante fue Roberto Jue.
Como Aranda tenía pendiente parte de una sentencia dictada por la misma magistrada el 1 de octubre de 2008, se lo castigó con una sanción única de tres años y tres meses, que deberá cumplir casi en su totalidad. Asimismo, y por esa misma razón, se lo declaró reincidente.
En aquel juicio, este joven domiciliado en Paraguay 760, en el mismo barrio donde a principios de este año pretendió asaltar a un almacenero, fue condenado junto a Mauricio Daniel Sosa, Estela Marys Barraza, Oscar Eduardo Díaz y Miguel Angel Esquivel por una serie de hechos perpetrados en Villa María, Hernando y Río Tercero, como así también en la zona rural de Pasco, durante el transcurso de 2007 y comienzos de 2008.
Aranda recibió entonces una pena de tres años y dos meses de prisión tras ser declarado autor de “lesiones leves reiteradas” (dos hechos), “resistencia a la autoridad” y coautor de “robo calificado reiterado” (tres hechos), “encubrimiento” y “violación de domicilio”.

s Con una cuchara

Encontrándose detenido por aquellos episodios delictivos, este joven presidiario intentó quitarse la vida, tragándose una cuchara. El hecho se produjo el 15 de marzo de 2008, en el Establecimiento Penitenciario Nº 5, ubicado en barrio Belgrano de esta ciudad.
Pocos días después, a través de una carta que envió a la Redacción de EL DIARIO, el propio Aranda dijo que la determinación adoptada obedecía a que era “inocente” de los hechos que se le imputaban.
En esa misiva, el joven añadió que iba a seguir reclamando justicia “aunque me cueste la vida, hasta tanto tenga una respuesta favorable: mi libertad”. Y concluyó diciendo: “Prefiero morir, antes que pagar por algo que no hice.”
Sin embargo, Aranda continuó detenido en el penal hasta que, en octubre del año siguiente, fue condenado junto a los otros tres sujetos y la mujer, implicados en diferentes causas conexas.
Previo a ello, más precisamente el 12 de junio de 2008, Patricio Aranda volvió a ocupar espacio en las páginas policiales de este matutino, ya que fue trasladado desde la cárcel hasta los Tribunales villamarienses para declarar como testigo en un sonado juicio por jurado que se les siguió a Carlos Otín y Darío Ruiz por la muerte de Emanuel Sequeira, un joven de barrio San Nicolás que había sido asesinado de un balazo en agosto de 2006.
Finalmente, cabe señalar que al ser declarado reincidente, Aranda no podrá acceder al beneficio de la “libertad condicional” (que ya obtuvo tras purgar las dos terceras partes de la condena impuesta en 2009), y sólo tendrá la posibilidad de ser excarcelado gracias al instituto legal conocido como “libertad asistida”, que permite salir de la cárcel sólo seis meses antes del cumplimiento total de la pena.