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En una de las salas están los equipos técnicos necesarios para grabar imagen y sonido de la entrevista que se realiza en otra habitación, provista de dos cámaras ocultas y un micrófono en el techo, también escondido |
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Dos vecinos de Las Perdices fueron imputados en las últimas horas por el fiscal Daniel Del Vö, sospechados de haber sometido a tocamientos impúdicos a otras tantas niñas domiciliadas en aquella localidad. Los casos se mantienen bajo un profundo hermetismo, principalmente porque las víctimas son criaturas menores de edad, y como tal se preservan sus identidades, pero también porque los hechos están en plena etapa investigativa. En principio, se trataría de dos episodios -independientes entre sí- en los que los acusados habrían manoseado a las nenas en diferentes hogares perdiceños. De modo que, al menos hasta el momento, no se trata de "abusos sexuales con acceso carnal" (lo que vulgarmente se conoce como "violación"), sino de hechos de "abuso sexual simple", figura legal que, tras la reforma del Código Penal de la Nación en 1999, redefinió lo que antes se denominaba "abuso deshonesto". Al respecto, el artículo 119 de dicho cuerpo legal señala en su primer párrafo que "será reprimido con reclusión o prisión de seis meses a cuatro años el que abusare sexualmente de persona de uno u otro sexo cuando ésta fuera menor de 13 años, o cuando mediare violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o de poder, o aprovechándose de que la víctima, por cualquier causa, no haya podido consentir libremente la acción".
Comparecieron
Los dos sujetos denunciados por los padres de ambas criaturas se presentaron ayer en la Fiscalía de Instrucción del Tercer Turno, donde fueron identificados (fichados prontuarialmente) y luego designaron abogados defensores. Cada uno a su turno y en forma separada, precisamente porque se trata de hechos distintos entre sí, el fiscal Del Vö, acompañado por el secretario Walter Gesino, se encargaron de realizar las actuaciones judiciales de rigor. Uno de los sospechosos tiene 60 años de edad y es el que fue imputado de haber manoseado a una nena de 11, con capacidades diferentes. En este caso, se trata del hecho que hizo público EL DIARIO en su edición del domingo pasado. El otro acusado tiene 50 años y su presunta víctima fue una nena de ocho, a quien habría sometido a tocamientos impúdicos. Ambos hechos se produjeron durante la semana del 20 al 26 de octubre, cuando estaba de turno el fiscal Del Vö, y por esa circunstancia están radicadas en su Fiscalía. Al mayor de los sujetos se le asignó como defensor oficial al asesor Letrado Juan Antonio Rusconi, mientras que el individuo de 50 años designó al letrado villamariense Antonio Pastor Broggi.
Cámara Gessell
Para este viernes está previsto que, al menos la chiquita de 11 años, sea evaluada por especialistas en Psicología Forense a través de un estudio de Cámara Gessell que se realizará en las oficinas que, especialmente acondicionadas, posee el Palacio de Justicia local en el quinto piso del edificio de General Paz 331. De ser posible, también durante esa misma jornada se llevará a cabo un estudio similar con la nena de ocho años, en ambos casos para conocer de boca de las pequeñas cómo y bajo qué circunstancias se produjeron los hechos que padecieron hace un par de semanas. Paralelamente, la Fiscalía interviniente está sustanciando una serie de pericias e informes técnicos, que añadirá en pocos días más a los dos expedientes que allí se tramitan.
@ QUÉ ES Y CÓMO FUNCIONA LA CAMARA GESSELL
Desde fines de diciembre de 2005, la Justicia villamariense cuenta con un importantísimo servicio de asistencia técnica que posibilita grabar en vídeo digital los testimonios de personas que hayan sido víctimas de violaciones u otras formas de abuso sexual (fundamentalmente menores), con lo que se evita su revictimización durante la instrucción de una causa o en un eventual juicio oral. Este sistema es también de gran utilidad para los magistrados y funcionarios, como así también para los abogados y peritos que intervengan en un proceso de esta naturaleza, ya que pueden observar -incluso en vivo- el desarrollo de una entrevista, pudiendo además interactuar con el profesional que está conversando con la víctima. Básicamente, la Cámara Gessell consiste en dos salas separadas por una pared dotada de un sistema de vídeo y audio que permite observar y escuchar desde una de ellas lo que sucede en la otra, sin ser visto. De esta manera no se perturba la situación que desea estudiarse y se facilita el trabajo del profesional en su entrevista. Cabe recordar que el dispositivo instalado en el quinto piso del Palacio de Justicia local está dotado de los siguientes elementos:
- En la sala donde se lleva a cabo la charla sólo hay un par de sillas o sillones, todo en un ambiente agradable, similar al de un living de una vivienda común, con cuadros, mesas, estantes, floreros y otros objetos propios de un espacio de esas características, aunque con un particular agregado que pasa inadvertido: dos cámaras digitales empotradas en la pared, ocultas por un vidrio que impide ver lo que hay dentro. A ello hay que sumarle un sistema de audio (micrófono de alta sensibilidad embutido en el techo y pequeño auricular portátil), para que el psicólogo pueda interactuar con las personas que están afuera.
- En la sala contigua, en tanto, los especialistas disponen de una computadora completa (CPU, monitor, teclado y mouse o ratón), una consola de sonido, micrófono, parlantes y una grabadora de CD en el sistema DVD, que permite grabar la conversación (imagen y sonido), tanto bajo esa modalidad como en el disco rígido de la PC.
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