"Los Malabritas" ganaron la pista del Circo de la Vida para mostrarse, sumando a ésta, la tercera edición, a los chicos del jardín maternal municipal "Justo Páez Molina" y a los alumnos del Instituto de Discapacitados Auditivos (IDA), y del jardín de infantes del Instituto Municipal de Discapacitados Auditivos (IMDA), de Villa María.
El espectáculo circense se inició con todos los protagonistas en el centro de la escena, en el salón de usos múltiples del merecido nuevo edificio de la escuela "Pablo VI", colmado por niños de centros educativos villanovenses, padres y amigos de la institución anfitriona, cuando el ritmo de "Había una vez un circo"... se hizo verbo. Los aplausos no tardaron en ganar el auditorio y cada uno pasó a ocupar su lugar, para que los más pequeños del jardín "Justo Páez Molina" y del Nivel Inicial de la "Pablo VI" mostraran sus destrezas haciendo monadas y tomando el juego como integrador social, porque esa es la consigna.
La música y el baile llegó con Florencia, Ana Laura, Tamara y Tamara, con "Amigos del corazón", aunque expresándose como divinas.
Luego, los auténticos malabritas posaron en la pista y demostraron avances de sus habilidades, basados en significativos esfuerzos que el circo lo hace visible.
Y de la cultura villanovense aparecieron en acción los jinetes de segundo y tercer grado, para poner de manifiesto sus destrezas tales como saltos, galopes, carreras y juego con sogas.
Los estudiantes del Profesorado de Educación Física "Gabriela Mistral", importantes colaboradores en este proyecto, se encargaron en el intervalo de hacer participar a docentes de otras instituciones y padres, además del intendente villanovense Guillermo Cavagnero.

@Por sus derechos

Continuando con la demostración de habilidades, los alumnos ganaron la escena para dejar su sello en este convite. Con acrobacias y malabares con aros y clavas, recogieron los aplausos y la simpatía de un público orgulloso del colectivo.
Dos alumnos de la "Pablo VI" abrieron con disfrute de la gimnasia un nuevo acto y con pelotas hicieron sonar los tambores de anuncio para la llegada de misteriosos personajes que finalmente recrearon canciones y contagiaron de alegría a los presentes.
Las danzas con cintas aportaron un rítmico y colorido cuadro de la mano de las alumnas de cuarto, quinto y sexto grado.
Los gestos, las miradas, el baile... Cada uno de estos se conjugaron en una canción final para dar cierre a la tercera edición del Circo de la Vida, que en esta oportunidad fue denominado "Sumando Talentos. Los Malabritas". Y los vistantes dejaron también su marca, una misma marca. Alumnos de la escuela anfitriona, del IDA e IMDA y del jardincito municipal se unieron para cantar a viva voz y con lenguaje de señas "Derechos. Derechos". Y la melodía llegó a todos los que participaron del circo, de su mensaje, de su juego, de su fiesta.