Carmen Carreño fue testigo, parte y uno de los motores del diario a lo largo de toda su historia: ella estuvo desde antes, preparando la edición cero, que no salió a la calle. La habían invitado a participar de “un nuevo proyecto” con Hugo Las Heras (ex propietario) y durante quince días se gestó la edición de prueba.
“Era el nacimiento de algo nuevo y tenía muchas expectativas. Evolucionó mucho todo. Si me pongo a pensar cómo trabajabamos en ese entonces y lo comparo con el presente, no lo puedo creer”, expresa y describe los elementos de trabajo, precarios si se los constata con los actuales.
“Nos demandaba mucho tiempo el armado de 16 páginas. Hoy, en el mismo lapso hacemos 60”, cuenta esta mujer que es docente, que se desempeñó en Diseño y Armado, fue tesorera de la Cooperativa y hoy está en la Sección Administración, junto a Marcela Britos y el contador Daniel Damián ahí cerca.
Aurora “Lola” Mansilla, una de nuestras compañeras más queridas (y que es la socia que se encarga de la limpieza de toda la sede) le alcanza un mate.
Carmen continúa: “No pensaba que el diario iba a conseguir esta dimensión, pero siempre supe que iba a permanecer. Le tenía fe. Y en el momento en que estuvimos por perderlo (en la etapa anterior a que se transformara en Cooperativa), un hilo de fuerza nos unió a todos para mantenerlo. No se nos podía ir, no podíamos permitirlo. Y tuve la seguridad de que lo lograríamos”.

Un hermano
En los ‘80, cuando de muy joven integró el equipo que le dio el puntapié inicial al diario de los villamarienses, ella tenía un bebé de 8 meses. Hoy ha criado a sus cuatro hijos y aquel bebé es padre de una pequeña de un año.
“Siempre me he sentido cómoda y alegre. En la calle me asombra el cariño que los vecinos le tienen a nuestro diario. Y el apoyo”, confió.
“Cuando la casa de la avenida Yrigoyen se incendió, la gente hacía cola para colaborar. Hoy me da orgullo verlo en el almacén, la panadería, un local”, resaltó.
“Es como un hermano para mí, parte de mi familia. Y noto que hay personas que se enojan por alguna nota pero luego se les pasa y vuelven”, dijo sonriente.