El próximo 10 de diciembre, la Casona de Pereira y Domínguez despedirá a nueve concejales que dejarán sus bancas a los electos el pasado 26 de junio.
Entre los que se van está el concejal del Frente Cívico y Social Miguel Zandrino.
¿Dónde van los que se van?, fue la pregunta que disparó la entrevista al dirigente del radicalismo.
“Voy a retomar mi vida”, dijo sonriendo y en forma inmediata agregó: “Mantuve el consultorio semiabierto y el proyecto de vida es seguir con la práctica de la medicina y terminar con otras actividades.”
Entre las “otras actividades” está el posgrado de Maestría en Bioética. Le falta terminar la tesis y agregará un título más a su proyecto de vida.
Perfeccionamiento, profundización de las relaciones humanas, sensibilidad social son parte de las características del médico que ingresó al Deliberante en diciembre de 2007.
“Estoy muy contento de haber estado en un puesto elegido por la gente, y no designado por un dedo. Contento de haber representado a que los que me votaron.”
Las cosas no fueron fáciles para él, al poco tiempo de estar en el Legislativo su par Carlos Andrada se abrió del Frente Cívico y Social y lo dejó con un bloque unipersonal.
No obstante, para Zandrino el Concejo “fue una buena experiencia”.
Le preguntamos sobre el Balance de este mandato que culmina el mes próximo.
La respuesta no se hizo esperar. “Fue positivo.”
Más allá del resultado favorable, el debe y el haber tuvieron sus cuestiones.
“He cometido muchos errores que no volvería a cometer, hubo algunos malos entendidos con personas que aprecio”, graficó al ser consultado sobre la parte más ingrata.
Pero, los sinsabores no le han quitado su pasión por la militancia.
“Por más que no tenga cargo ni funciones, voy a seguir siendo un político”, señaló el dirigente del radicalismo.
En la columna positiva incluyó “las buenas relaciones con personas que no conocía y que pude trabajar en diversos temas durante estos años”.

“Militante de la deliberación”

Tras cuatro años conociendo los secretos de los pasillos de la Casona, ¿qué cosas cambiaría de la labor legislativo?, fue la pregunta casi sobre el final de la entrevista.
“La democracia no es gobierno de la mayoría, es el gobierno de todos. Hay que insistir en el mecanismo de conseguir consenso desde el disenso.”
Hizo una breve pausa y continuó: “Todos deben escucharse y hacer el mayor esfuerzo y no tomar de enemigo al que piensa distinto.”
Y luego, la última frase: “Soy un militante de la deliberación.”