El aborto y la vida
La gente no anda pensando en abortar cuando desarrolla su vida sexual. Los planteos empiezan cuando acontece el embarazo. Por eso el aborto consciente o inconscientemente se transforma en una planificación personal, social y familiar, buscada o no en esta coyuntura.
La mayoría de los adolescentes cuando empiezan a tener relaciones sexuales no se cuidan con ningún método anticonceptivo. Cuando quedan embarazadas, muchas veces abortan por miedo a los padres y otras veces son los padres las que hacen abortar a sus hijas por vergüenza social, para salvar el doble apellido, que en muchos casos es más importante que la vida por nacer. En las dos situaciones el aborto es clandestino, tanto para la mujer pobre como para la mujer rica. Pero una lo hace en la clandestinidad precaria y riesgosa de la pobreza y la otra lo hace en la clandestinidad de una clínica privada. Después se limpia la conciencia confesándose con algún cura amigo de la familia.
Ahora ¿no tenemos métodos para planificar responsablemente la concepción? ¿No se enseña educación sexual en las escuelas? ¿Los adolescentes y los jóvenes son todos unos inconscientes?
¿Por qué será que la discusión a muerte es de la vida por nacer y no por la vida ya nacida? Es evidente que ante el aborto tenemos una postura intransigente y frente a los niños desnutridos, en situación de calle o fuera del sistema educativo, no tenemos la misma reacción corporativa. Quizás porque la vida por nacer no es tangible socialmente. Sólo es tangible en la individualidad de la mujer que está embarazada. La vida por nacer es la vida de los anónimos, de los sin rostro, de los nadie.
Quizás es más fácil defender los que no tienen nombre porque en el futuro no me va a generar ningún tipo de compromiso. No somos garantes de nada y nadie nos va a intimar a pagar una cuota alimentaria solidaria.
Hay muchas de esas vidas por nacer que nacen y terminan llenas de estigmas y de privaciones en las calles y en los institutos de menores. Y muy pocos de los que están en contra del aborto y de los anticonceptivos, se acercan a estos lugares donde residen miles y miles de niños y jóvenes esperando una posibilidad social de un hogar que pocas veces llega.
Estar en contra del aborto no es estar necesariamente a favor de la vida. Se puede estar a favor de una etapa biológica de la vida, pero esto no significa que estemos a favor de toda la vida. Porque si no, no tendríamos tantos geriátricos de ancianos y tantos hogares de niños institucionalizados por la ausencia de hogares que los contengan. No basta estar a favor del niño por nacer. Tenemos que estar a favor de la vida, que se pueda aprender a vivir. Porque cuando estos niños crecen en la pobreza, en la indigencia y terminan en la droga y en la delincuencia salimos masivamente a pedirles a los políticos que bajen la imputabilidad a los menores y que se legalice la pena de muerte.
Despenalizar el aborto no significa promocionarlo, significa darles seguridad médica a las mujeres que lo necesitan. Despenalizar el aborto no va a disminuir la cantidad de abortos, lo que va a disminuir es la mortalidad materna y que miles de niños no sigan quedando huérfanos.
La penalización del aborto sólo beneficia a quienes comercializan clandestinamente con él. Sólo el aborto puede disminuir si tenemos una educación sexual responsable desde nuestras escuelas.
Pero si tenemos instituciones que se oponen a los métodos anticonceptivos, el aborto seguirá siendo la variable de la anticoncepción.
Pero más allá de la penalización o no el aborto seguirá siendo una cuestión de conciencia.
Adrián Vitali, Ex cura,
coautor del Libro cinco curas
Desde Villa Nueva, en favor del hermanamiento
El grupo “Juventud, Energía y Trabajo” quiere fijar posición frente al hermanamiento de Villa María y Villa Nueva.
Aun siendo un grupo de jóvenes peronistas, no se nos puede tildar de oficialistas, pero en este caso en particular no entendemos los motivos reales de los ciudadanos que se vienen manifestando en contra de este acuerdo que propone trabajar en conjunto con la vecina ciudad.
Ese grupo de personas que en su gran mayoría son políticos practicantes del radicalismo y de diferentes partidos de la oposición deshilachada que tratan de obtener un rédito político difamando los ediles peronistas, distorsionando los mensajes de los ciudadanos de ambas ciudades, recolectando firmas mientras que argumentan que “Accastello viene por el Parque”, “nos quieren convertir en un barrio de Villa María” y muchas mentiras más, de todo tipo y sin límites.
También podemos encontrar a ese grupo de indignados, a los cívicos, a los “juecistas”, al MST o del FAP, o como quiera que sea el grupo comandado por otro ex candidato, ya que por falta de coherencia y proyecto político, tienen que rearmar, reinventar partidos políticos para que los ciudadanos los vean como una opción fresca y nueva, para ocultar que son una máquina de impedir, que sólo saben poner palos en la rueda porque no se les cae una idea.
El hermanamiento, lejos de someter a Villa Nueva como sostienen, viene a intentar traer más ordenamiento y controles en lo que a tránsito se refiere, en cuanto a espacios públicos como reactivar la costanera villanovense y crear ordenanzas que promuevan el crecimiento de las dos ciudades a la par.
Y con respecto al polémico “punto 21” del acuerdo, estos difamadores se olvidan de mencionar que es un punto temporal, con fecha de vencimiento el 4 de diciembre. ¿Por qué omitieron mencionar esto? Les convenía hacer creer a los villanovenses que Cavagnero iba a pedir dinero a Accastello todos los meses y así hacer aparecer el fantasma de que “vienen por Villa Nueva”, sin especificar que se trata de un punto temporal, y que si los presidentes se piden prestado es sólo hasta un millón de pesos por año.
Marchar con la verdad y sólo pensando en ayudar a los más necesitados, porque progreso somos, no debería molestar a nadie. A estos sujetos los invitamos a que lean el acuerdo de hermanamiento y hacemos extensiva la invitación a todos los ciudadanos villanovenses y villamarienses, el Concejo Deliberante de Villa Nueva tiene sus puertas abiertas.
Las últimas tres elecciones demostraron que los ciudadanos ya no toleran a los que mienten y no dejan progresar a la ciudad. Los números hablan por sí solos: el 52% reeligió al intendente, el 53% a la presidenta y el 62% optó por José Manuel de la Sota...
Adrián Bonetto Butelle, Maximiliano Martínez y Gustavo Rossa
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