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Dopazo escapa de dos jugadores de Sunchales. Fue el autor del segundo gol de Alumni en Plaza Ocampo |
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Escribe: Juan Manuel Gorno
El presagio por el cambio mundial en la “energía renovadora” del 11/11/11 finalmente tuvo su respuesta en lo futbolístico. Por primera vez ganó Alumni en el actual torneo Argentino A, por 2 a 0 ante Unión de Sunchales, con un gol de Juan Aimar, que llevó la camiseta 11, y otro de Martín Dopazo, a los 11 minutos del segundo tiempo, como para redondear esa noche distinta, que lo encontró celebrando después de tanto sufrimiento.
En Plaza Ocampo, donde tanto le costó ganar a lo largo de los últimos tiempos, puso todas esas energías en búsqueda de un triunfo bisagra que le permitió acortar algo de la distancia que le llevaba el rival de turno en los últimos puestos de la Zona Norte.
Firme en la marca, contundente en la primera aproximación y solidario en todo sentido. Así anduvo Alumni por la cancha, con la enjundia que le pedía la gente para revertir la mala situación que atravesaba y demostrar que nunca es tarde para levantar cabeza, aun cuando la suma de derrotas le quitaba confianza.
El 11, Juan Aimar, quien hacía tiempo no jugaba de titular, aplicó un golpe clave a los 7 minutos de juego, cuando fue a buscar una pelota al área después de un centro de Joaquín Lencinas, tiró una gambeta cortita y, de frente al arco, sólo tuvo que empujarla a la red para abrir el marcador.
A partir de allí, el poco público que se llegó hasta la “Placita” entendió que se podía, por eso los hinchas alentaron sin parar y el equipo derramó sudor en el terreno para batallar en su campo mientras el rival tomaba riesgos en búsqueda del empate.
Una tarea impecable de la última línea, que tuvo a Maximiliano Rosales como el caudillo adecuado, sostuvo cada avance de Unión, a pesar que parecía peligroso defender tan cerca del arco de Sebastián Hernández, quien igual no tuvo que intervenir demasiado.
Sólo un remate de Luis Silba, al lado del palo, y un tiro libre que hizo reaccionar al arquero con un manotazo por el segundo palo, causó alarma sobre el área de Alumni, donde Unión nunca tuvo claridad ni comodidad para definir sus acciones.
El equipo dirigido por Miguel Angel López careció por momentos de lucidez para tener la pelota, debió pararse de contragolpe y la perdió rápido en la salida, aunque Martín Dopazo, acelerando por la izquierda, estuvo cerca de convertir el segundo por esa vía, con un remate que pasó cerca.
Con la tranquilidad del entretiempo y la ventaja, el “Zurdo” resolvió el ingreso de Víctor Rena para el complemento, además de mandar más arriba a Ezequiel Reina, bien abierto por izquierda, mientras Dopazo se fue a la derecha.
La jugada le salió bien al técnico, ya que Unión se vio limitado para mandar a sus laterales al ataque y, cuando lo hizo, dejó espacios que Alumni trató de aprovechar, con Rena moviéndose para juntarse con sus compañeros o arrastrando marcas. Así sucedió a los 11 minutos, instante en el que Rena la pidió por la izquierda, pero entre Aimar y Dopazo la toquetearon en la puerta del área hasta que el ex Estudiantes de Río Cuarto sacó un disparo espectacular. La picó con zurda y descolocó al arquero. La pelota viajó hacia el segundo palo. Y fue golazo.
Con el 2 a 0, Alumni tuvo el ánimo por las nubes (algo que extrañaba) y Unión fue desesperado hacia el arco de Hernández, sin encontrar los caminos para llegar al gol.
El local pudo liquidarlo de contragolpe pero falló en el último pase y Unión sólo tuvo un par de acciones (como un remate en el palo de Solferino) que reflejaron su falta de puntería.
Al final, Alumni terminó celebrando. En un día tan especial, generó la energía que faltaba en la “Placita”, esa que otorga siempre un triunfo, esa que espera seguir acunando para salir de los problemas.
La figura
Maximiliano Rosales fue el caudillo en el fondo. Sacó todo lo que llegó cerca suyo y contagió al resto. También se destacaron Juan Aimar (autor del primer tanto y asistidor en el segundo) y Martín Dopazo (convirtió un gol de antología), además de Sergio Zanabria.
El árbitro
El mendocino Fernando Espinosa se mostró implacable, pero tuvo una correcta actuación, ya que en ningún momento se le escapó la autoridad en el partido. Los asistentes también colaboraron con el juez principal.
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