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El artista en el Orfeo. Abajo: el villamariense Luis Seia, como consiliario de la UNC, le entregó antes la distinción Deodoro Roca |
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En la sesión del 18 de octubre, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Córdoba, había decidió otorgarle el título de Doctor Honoris Causa a Silvio Rodríguez. La justificación del galardón precisaba que “su proyecto artístico fue el de la Nueva Canción Latinoamericana, y el Movimiento de la Nueva Trova es el fruto de su tenaz labor, que otorgó a la música cubana y latinoamericana la necesidad de plasmar la voz de los oprimidos y la valoración de lo cotidiano”.
En el mismo sentido, se destacó que la obra de Rodríguez representa “el reencuentro de la juventud con ‘lo cubano’ y la reivindicación de la guitarra como el más adecuado instrumento en el trashumar de los trovadores”, en el documento esgrimido por miembros de la UNC junto con agrupaciones estudiantiles (ver foto derecha).
Por ello, el miércoles pasado se llevó a cabo el acto de entrega en el Pabellón Argentina de la Ciudad Universitaria, con la presencia de la rectora Carolina Scotto. Los asistentes eran recibidos con los temas “Ojalá”, “Unicornio” y otros tantos, mientras que las banderas de Córdoba, Argentina y Cuba se erigían en el escenario. Recibido con una ovación, Silvio arribó con una chomba negra, una bandera cubana y una cámara fotográfica que usó para retratar al público, sentado y serio mirando a todos los que lo miraban a él.
Viva el “Che”
“Siempre es difícil en momentos como éste asumir lo que esto significa, porque no me considero merecer honores. Ni antes ni cuando empecé ni en el medio ni ahora ni en el futuro. Siempre me consuela un poco cuando gritan a Cuba porque pienso en ese pueblo que sí merece muchos honores”, dijo para asegurar que “cuando ocurren cosas como éstas hay que tener mucha suerte para llegar aquí, en momentos como éste en ser distinguido con una orden así, millones y millones que nunca llegan a nada para que unos pocos podamos llegar a esto”.
Luego habló del internacionalismo cubano que no era visto con buenos ojos por él, hasta que apreció la gesta del “Che” Guevara. “Comprender la dimensión del sacrificio de este hombre, la idea de internacionalismo como acto supremo de solidaridad como expresión máxima de la condición humana movió mis convicciones”, aseguró para comentar luego que con su muerte la conmoción fue tan grande y extensa que lo llevó a escribir temas como “La era está pariendo un corazón” y “Fusil contra fusil” entre otros.
“Desde entonces hasta hoy -prosiguió- han cambiado algunas cosas. Desde la caída del socialismo, el mundo que era -según las potencias- bipolar se ha aparentemente coordinado desde un solo punto de vista. Hablo de esos países porque nosotros seríamos ese tercer mundo testimoniante e indignado. Es que cuando no exista la espantosa diferencia que nos separan y las injusticias que hacen los poderosos, la idea de este argentino, cubano, rosarino, cordobés, congoles, boliviano inclinará principios y convicciones”, para que la sala se llenara de aplausos.
Luego de asegurar que “el socialismo no necesita de intelectuales asalariados”, terminó su discurso remarcando: “Algunas de las ideas de este hombre fueron concebidas en un mundo que cambió pero su búsqueda de dignidad humana plena sigue siendo un motor contemporáneo. Porque no tuvo intereses mezquinos fue un inconforme radical, un iconoclasta que puso su pellejo por delante para dar un sentido superior, más que a su propia vida, a la vida de todos.”
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