|
|
|
|
|
|
|
Mariana Britos y Mauro Pérez, autores del filme que intenta reconstruir los hechos “desde la multiplicidad de voces”. F2: Arturo Larrabure, el coronel secuestrado la noche del 10 de agosto del ‘74 y luego asesinado por el ERP. F3: El predio |
|
|
|
|
|
Es sorprendente el modo en que algunos periplos humanos se repiten, como si fuesen episodios paralelos puestos en tiempos diferentes pero conjurados a reeditarse en la misma metáfora.
Hace 54 años, el escritor Rodolfo Walsh llevaba a cabo una investigación periodística sobre los fusilamientos perpetrados por la Policía de Buenos Aires (Gobierno de facto de Pedro Eugenio Aramburu) contra un grupo de civiles. Walsh entrevista a los familiares de los fusilados, pero luego descubre que hay siete sobrevivientes. Y será en base a todos estos testimonios más los informes publicados por el Gobierno militar, que el autor reconstruirá un hecho de manera integral, una “trama simbólica” desde una multiplicidad de voces.
En 2011 y a 37 años del copamiento de la Fábrica Militar de Pólvoras por el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) dos jóvenes estudiantes de Diseño y Producción de Imagen de la Universidad local, se arremangaron y decidieron ocuparse de un tema al cual nadie se le había animado todavía. Y así volvieron a desandar el camino de Walsh. Las entrevistas, los involucrados, los testimonios, los fusilados, los sobrevivientes, la “trama simbólica”.
@ Documental de reflexión
¿Qué pasó exactamente la noche del 10 de agosto de 1974 en la Fábrica Militar de Villa María? ¿Quiénes fueron los actores sociales? ¿Quiénes las víctimas y quiénes los victimarios? ¿Quiénes los vencedores y quiénes los vencidos? A todas estas preguntas intentarán dar respuesta sus jóvenes directores desde un trabajo que se propone, al decir de ellos mismos, “la reconstrucción del episodio desde la multiplicidad de voces”.
Entonces, ¿cómo definirían este documental?
-Esta película no es una reivindicación del copamiento ni un homenaje a nadie; es sólo un documental de reflexión acerca de la violencia y la memoria. Nosotros no tenemos ninguna insignia partidaria y creo que eso nos ha jugado a favor a la hora de filmar –comentan Mauro y Mariana.
Por su parte, los realizadores señalan que “con este trabajo, hemos querido aportar una investigación que hace rato era necesaria en nuestra ciudad. Estos hechos no sólo tuvieron una resonancia local, sino nacional e internacional. Y decidimos encararlo con toda la seriedad del mundo. Queremos que este trabajo no sea sólo una tesis de grado sino nuestra ópera prima como directores y como equipo”. (Paula Tissera, Eugenia Vera, Lautaro Aguirre, Luca Stocchero, Gabriel Virga, Cristian Yufra, Sergio Stocchero y Camilo Torres, se suman al elenco).
@ Los hechos
Aquella noche quedó grabada para siempre en la memoria colectiva de los villamarienses. Las fuerzas del ERP tomaban la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos en pleno Gobierno constitucional de la presidenta María Estela Martínez de Perón. Tras reducir a las parejas del motel “Pasatiempos” (actual hotel “Tic Tac” de Villa Nueva) a pocas cuadras del objetivo, utilizaron el lugar como base de operaciones.
De este modo, los insurgentes ingresaron a la Fábrica gracias a la ayuda del conscripto Pettiggiani, un rebelde camuflado que les abrió el tejido con una pinza. Una vez allí y tras un tiroteo sangriento con la Policía, las huestes del ERP lograron los 3 objetivos que se proponían: proveerse de armas, hacer publicidad a nivel nacional de su poderío con un golpe maestro y llevarse rehenes para cambiar por presos políticos.
El saldo fatal fueron 4 muertos y 7 heridos. El trofeo de guerra fue un ser humano: el coronel Argentino del Valle Larrabure, quien se entregó en calidad de representante de la Fábrica. Tras 372 días de cautiverio en un sótano y en condiciones de vida humillantes, Larrabure aparecerá muerto en un descampado de Rosario, con 40 kilos menos de peso y marcas de cuerda en el cuello. “Suicidio”, dirá la gente del ERP. “Asesinato” dirán sus familiares. El veredicto aún no se estableció y la causa sigue abierta por presunto delito de lesa humanidad.
@ La investigación
¿Existía algún material sobre el copamiento en el cual se pudieron apoyar?
-Había sólo dos trabajos relevantes –relatan los realizadores- un escrito de 5 páginas de la periodista Mónica Videla titulado “Villa María era una fiesta” y un libro de Arturo Larrabure, el hijo del coronel secuestrado esa noche. En ese libro hay mucha información y nos sirvió como material bibliográfico permanente.
¿De qué modo contará la historia este documental?
-Registrará las narraciones de los diferentes actores sociales de aquella noche que hemos podido entrevistar, pero sin renunciar a recursos del género ficcional. Lo fundamental es dar preponderancia a todas las voces posibles e incluir material de archivo que conseguimos de Canal 10 y Canal 12 en la Universidad Nacional de Córdoba. También en el Archivo Nacional de la Memoria de Buenos Aires.
¿Qué pueden decir acerca de las entrevistas?
-Que hicimos muchísimas pero no todos los entrevistados decidieron testimoniar con nombre y apellido. Igual, esas notas nos fueron muy útiles para la reconstrucción. El trabajo aún no está cerrado y puede surgir algo nuevo en estos meses anteriores a la edición final. Si es así, lo vamos a incluir.
¿Y cuáles son los testimonios más importantes con los que cuentan?
-Tenemos entrevistas con el dueño del motel, con el disc-jockey de la fiesta, con varios miembros del ERP, con el policía que fue tomado momentáneamente de rehén y con los ingenieros Rubiolo y Felipe. También con un historiador, un periodista y también con Arturo Larrabure, el hijo del coronel asesinado. Lamentablemente nos faltan más voces de militares.
¿A qué se debe que los militares no hayan hablado?
-A que muchos decidieron no dar sus nombres y a que a otros no los han dejado hablar; como un militar de 88 años que está condenado a 5 cadenas perpetuas y que quiso dar su testimonio pero su abogado se lo impidió.
¿Cuál es la conclusión que han sacado acerca del tema de su tesis, “violencia y memoria”?
-A la conclusión recién la vamos a tener cuando terminemos la película, cosa que ocurrirá a fin de año. De hecho, la película misma será la conclusión. Lo que sí te podemos decir, es que todo lo realizado hasta el momento nos movilizó muy mucho, llevándonos a pensar que el dolor es igual para todos. Cada vez que escuchábamos un entrevistado, no escuchábamos una ideología sino una persona. Hemos llorado con testimonios de hijos de militares tanto como con el de militantes del ERP.
¿La violencia no tiene colores partidarios?
-La violencia es violencia no importa de qué lado venga. Y ese es el eje de nuestro trabajo final. Si con cada entrevistado hemos encontrado puntos de identificación, fue porque terminamos entendiéndolos a todos, porque en algún punto de sus relatos, todos tenían razón.
@ Palabras de Walsh
Para cerrar esta nota (que se parece mucho a cerrar un círculo) quizás nada más oportuno que unas palabras de Rodolfo Walsh respecto a su obra cumbre: “Operación masacre cambió mi vida. Haciéndola descubrí, además de mis perplejidades íntimas, que existía un amenazante mundo exterior.”
Si uno cambia el nombre de Walsh por los de Pérez y Britos y luego remplaza el título de “Operación masacre” por el de “Copamiento 10/08/74”, el símbolo no se verá alterado en lo más mínimo. Y es que el arte comprometido sigue siendo igual en todos los tiempos; aquel que se hace con la polifonía de todas las voces posibles y con el anhelo más humano: descubrir y señalar, una vez más, la inutilidad absoluta de toda violencia.
Iván Wielikosielek
-Especial UNVM-
Otras notas de la seccion Culturales
Analía Rosso mostrará sus cuadros en el Favio
Inscriben en escuela de modelos
Un humor sin red
"Hago bailar cuarteto a americanos y extranjeros en mis clases de Nueva York"
El PEUAM obtuvo un premio en Ausonia
|