Por Katy García
PrensaRed
El libro “La cocina de la ley” narra el proceso emprendido por la Coalición para una ley de Radiodifusión Democrática que va desde los 21 puntos hasta su sanción. A casi dos años de la promulgación, los presentadores analizaron su aplicación, los obstáculos, lo que se hizo y lo que falta.
Mario Farías, director de FM Sur y vicepresidente del Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO); María Eugenia Cisneros, directora de AM 750 Radio Nacional Córdoba; Marita Mata, docente, investigadora y especialista en comunicación popular y Néstor Busso, titular de FARCO y presidente del Consejo Federal de Comunicación integraron la mesa de debate.
El titular de FARCO habló de la judicialización encarada por los grupos de poder para evitar su plena aplicación. Al respecto precisó que aún quedan dos medidas cautelares una a favor del Grupo Clarín y otra que intenta obstruir una licencia a la Cooperativa de Morteros de Córdoba. Ambas están en el despacho del juez Alberto Carbone.
“Creo que se abre una etapa de gestión para la aplicación de la ley y en este sentido tenemos la responsabilidad de trabajar para hacerla cumplir y demandar a los organismos del Estado para que no sea letra muerta”, afirmó.
Dio cuenta de los avances logrados en la TV Digital terrestre y las 220 licencias concursadas. “Esto es impresionante si comparamos que hoy existen 33 privados y una docena de públicos. Hay que revisar el precio para las organizaciones con valores accesibles para que se multiplique la TV abierta y todos los pueblos o ciudades tengan por lo menos dos canales”, aseveró.
“Tenemos que ser capaces de hacer otra comunicación que no reproduzca el modelo de la radio y televisión comercial, pasatista y consumista. Demostrar que somos capaces de crear otros contenidos, otra estética, otras formas que reflejen las identidades de nuestras comunidades. La calidad de los nuevos medios se mide según mi criterio por la capacidad de reflejar y expresar la diversidad que existe en nuestro pueblo y eso requiere recursos, capacitación y políticas públicas”, añadió.
Especificó que es necesario que el Estado garantice el derecho a la comunicación. "No se trata solamente de desarmar monstruos malos ni construir nuevos. Porque aspiramos una comunicación diversa y plural, las organizaciones populares debemos crear una nueva trama capaz de disputar agenda, sentido y de construir poder popular porque de eso se trata. Construir poder para lograr más justicia, con mejor distribución, inclusión y respeto por los derechos humanos”, enfatizó.
Busso destacó el trabajo de base realizado por la Coalición desde aquellos inicios cuando se reunían en FARCO, en una sala pequeña, “incómoda”, los momentos difíciles tras la Resolución 527, la redacción y la militancia de los 21 puntos -uno por cada año de democracia- que la presidenta tomó como base del proyecto de ley.
Recordó que en la coalición convivían organizaciones con millones de afiliados y otras pequeñas pero que a la hora de generar consensos no importaba porque seguían la experiencia del Foro Social Mundial cuyas organizaciones funcionaban en igualdad de condiciones.
“No era fácil tener juntas a la CTA y a la CGT, a los gremios y las universidades, a los movimientos sociales cercanos al oficialismo y a los opositores; sin embargo, hacerlo fue un aprendizaje para otros procesos. Y lo hicimos convocando desde la debilidad”, explicó.
Detalló el largo camino recorrido hasta que en 2009, Cristina Fernández de Kirchner en la apertura de sesiones extraordinarias, anunció su tratamiento y luego en un acto político masivo se presentó en el Teatro Argentino el anteproyecto con los 21 puntos como base.
Después relató las dificultades que debió sortear hasta su aprobación. “La ley que fue un punto de llegada se convierte en punto de partida para la piedra fundamental de un nuevo modelo comunicacional y aquí surgen los desafíos”, discurrió.
Ley y periodistas. Mario Farías destacó que la nueva ley “plantea un escenario de discusiones sobre el nuevo periodismo, el periodismo militante, los medios concentrados y los intereses que representan; y eso está muy bien porque la ciudadanía está atenta y sabe desde dónde habla un periodista”, expresó.
Tenemos la ley. La directora de la emisora, María Eugenia Cisneros, abordó el tema desde su experiencia como estudiante en Córdoba, luego como trabajadora de prensa en su ciudad, Salta, y como parte de la Coalición.
Recordó que “la uniformidad de pensamiento nos ha hecho daño y que en democracia podemos decir: yo pienso diferente. Desde hoy se discute la despenalización del aborto más allá de lo que uno piense lo importante es que pongamos en la mesa derechos civiles y humanos para tratar”, estimó.
Espera activa. Marita Mata celebró que los compiladores -Busso y Jaime- hayan narrado el proceso. “Vale la pena para que los que no conocen la historia la conozcan y para los que hemos trabajado en esto podamos repensarlo”, comentó.
La investigadora destacó los momentos críticos vividos por la Coalición en 2004 y 2005 y destacó que fueron fielmente reflejados en el texto. Primero fue una reunión con el secretario General de la Presidencia Marcelo Parrilli y luego la firma por parte de Néstor Kirchner del Decreto 527, que prorrogó las licencias de los medios concentrados.
Recalcó que hubo voces potentes que se hicieron oír. “Un documento de FARCO dijo que era una ‘capitulación’, una palabra fuerte. Y desde la facultad de comunicación dijeron que el Gobierno en vez de trabajar por una ley lo que hacía era otorgar un beneficio inaudito a quienes habían concentrado todo el poder de comunicar”, reseñó.
Añadió que en ese momento se esperaba por lo menos la derogación del artículo 45 de la ley de la dictadura que impedía que las organizaciones sociales tuvieran medios. Mata puso luego el foco en el último capítulo y citó a Víctor Tarico, quien dijo que “la Coalición supo esperar activa una nueva oportunidad para avanzar en nuevas acciones”.
Recordó que en 2005 formó parte junto a Julio Miguel Rodríguez Villafañe y Guido Dreizik del panel de debate sobre la disputa del aire, la futura ley de radiodifusión, los 21 puntos y el polémico artículo 527. Fue en un foro de “La Calle Ancha”, ciclo organizado por la revista La Intemperie, Radio Nacional y la CTA.
En ese momento crucial contó que se preguntó ¿quiénes van a pelear por una nueva ley de comunicación, si hasta ahora los únicos que lo hacían eran de alguna manera los que enfrentaban a los medios hegemónicos desde las prácticas: los medios comunitarios y las universidades, si al mismo tiempo confrontan con el Gobierno?
Y rescató que “el valor de la Coalición es haber permitido que un derecho tal vez verbalizado pero no asumido comenzar a hacerse visible en el espacio público y lograra construir una nueva demanda. En 2005, era muy difícil que sectores comprometidos con sus propias reivindicaciones pelearan por el derecho a la comunicación”, opinó.
El proceso siguió y “se encontró con la voluntad política del Gobierno nacional en 2008 que, más allá del conflicto del campo, interpretó la cuestión de la comunicación audiovisual en ese proceso imperfecto, controversial, que vivimos en el país y que produce ampliación de derechos y distribución de riqueza. El libro me permite leer este principal aprendizaje y vale la pena recordarlo”, detalló.
“Sabemos que los medios concentrados desafían el cumplimiento de la ley y no sólo me refiero a las medidas judiciales interpuestas en relación con el artículo 161 -que va a permitir la desconcentración de los medios- me refiero a cómo han resistido los canales de cable al ordenamiento de la grilla y a algunas señales públicas. Cuatro veces fue sancionada Cablevisión; sólo le falta otra para que la autoridad federal le retire la señal”, amplió.
“Debemos reponer en términos públicos la idea de que estamos construyendo poder, porque la lucha por la palabra es por el poder. Esta sociedad construyó esta ley desde abajo y la tenemos que seguir sosteniendo desde abajo”, finalizó.
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