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Rodríguez disparó un disparo de escopeta y toda su furia contra esta vivienda de Buenos Aires y Agustín Tosco, hiriendo gravemente a una nena de 13 años y un chico de 14 |
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En un juicio de trámite abreviado, en el que el acusado confesó su responsabilidad en todos los hechos que se le atribuían, la Cámara del Crimen de Villa María le impuso ayer una pena de siete años y seis meses de prisión a un irascible que hirió gravemente a dos menores al disparar a mansalva contra una vivienda de barrio San Nicolás, luego de haber mantenido una pelea con otros dos jóvenes.
Se trata de Marcos José Rodríguez, de 27 años de edad, quien fue declarado culpable de los delitos de “lesiones gravísimas”, “lesiones graves”, “lesiones leves reiteradas”, todas agravadas por el uso de un arma de fuego, además de “abuso de arma” y “portación ilegal de arma de fuego de uso civil”.
Rodríguez, nacido en Monte Maíz el 1 de noviembre de 1984 y domiciliado en Intendente Reyno 565, en barrio Nicolás Avellaneda de esta ciudad, se encuentra detenido desde el atardecer del 28 de mayo del año pasado, jornada en la que protagonizó los incidentes que terminaron con un chico de 14 años y una nena de 13 internados en grave estado en la Clínica de Especialidades.
Ambos menores recibieron varias perdigonadas en distintas partes del cuerpo, producto de un disparo de escopeta efectuado por el ahora condenado sujeto, quien una media hora antes había mantenido una pelea callejera con Eduardo Cáceres y Andrés Sarmiento en las inmediaciones de la estancia La Negrita.
Loca venganza
Como consecuencia de aquella reyerta, Rodríguez se fue hasta su domicilio, se hizo de una escopeta calibre 16 y luego se dirigió en moto a la casa de uno de los jóvenes con los que había discutido, ubicada en la esquina de Agustín Tosco y Buenos Aires. Allí no tuvo mejor idea que disparar “al bulto”, y en esa alocada venganza hirió gravemente a Diego Sarmiento y Cinthya Cingolani, primos entre sí, quienes sufrieron lesiones de suma consideración, además de herir levemente a dos mayores.
Los dos chicos fueron inicialmente trasladados al Hospital Pasteur y luego se los derivó a la Clínica de Especialidades, donde debieron ser intervenidos quirúrgicamente. Poco después, Sarmiento fue trasladado a la capital provincial por la gravedad de su estado, en razón de que algunos perdigones quedaron alojados en su cabeza. En tanto, Cingolani resultó con lesiones motrices, ya que no puede realizar actividad física por padecer dificultades para caminar.
Junto a un menor
Rodríguez no actuó solo. Tanto la pelea callejera producida cerca de La Negrita, como el sangriento episodio de barrio San Nicolás, también fue protagonizado por un menor de 14 años, amigo del violento sujeto, que lo acompañó en todas sus andanzas a bordo de una motocicleta Honda Wave, con la cual se dieron a la fuga luego de herir a los dos primos.
Como la Policía fue anoticiada rápidamente de lo ocurrido, los agresores abandonaron el rodado y la escopeta en un terreno baldío de Intendente Reyno y Jujuy, donde se escondieron, aunque no pudieron evitar ser detenidos minutos después.
Rodríguez llegó a juicio luego de casi un año y medio de instrucción judicial, no así el menor, precisamente por su condición.
Durante la audiencia de debate de la víspera, y tras la confesión de Rodríguez, el fiscal de Cámara, Francisco Márquez, y la defensora oficial, Silvina Muñoz, coincidieron en pedir la pena finalmente impuesta por el juez René Gandarillas, cuyo veredicto fue leído por el secretario Roberto Jue.
Cabe señalar que como Marcos Rodríguez es un convicto primario (es decir que esta es su primera condena), con buena conducta podrá acceder al beneficio de la “libertad condicional”, que permite la excarcelación cuando se cumplen los dos tercios de la condena impuesta. Y las dos terceras partes de siete años y seis meses son exactamente cinco años. De modo que el irascible joven estará en condiciones legales de dejar la cárcel de barrio Belgrano a fines de mayo de 2015.
En su sentencia, el juez Gandarillas recomendó al Servicio Penitenciario de la provincia que se le proporcione a Rodríguez un tratamiento por su adicción, ya que durante la audiencia el joven admitió ser consumidor de estupefacientes desde hace muchos años, y que las drogas son las causantes de muchos de sus violentos impulsos.
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