El acto, que se desarrolló en la recuperada casona del Centro Cívico Municipal, contó con la presencia de directivos de cada uno de los centros educativos beneficiados y estuvo presidido por el secretario de Acción Social del mismo Ministerio, Darío Ranco, la intendenta Nancy Schiavi y la inspectora de Zona 3210, Patricia Accastello.
En la oportunidad, se hizo entrega a las escuelas rurales Fray Venancio Taborda, 20 de Junio, Fray Justo Santa María de Oro, Constancio C. Vigil, Libertad, Mariano Moreno, John F. Kennedy, Martín Fierro, Fray Reginaldo Delgado y Rosario Valentina Navarro de un subsidio (en cheque) por tres mil pesos para la compra de libros, los que deberán rendir en 30 días. La variedad incluiría textos, tanto para niños como adultos, para “contagiarse unos a otros el hábito de la lectura”, dijo Accastello.
La inspectora agradeció el trabajo articulado del municipio y la Secretaría para este beneficio, por lo que solicitó aplausos para Ranco y Schiavi, los que se hicieron sentir en el auditorio.
Ranco, el primero en hacer uso de la palabra, está en una etapa de transición ya que el 7 de diciembre jurará como legislador provincial, cargo para el que fue electo en los comicios del 7 de agosto. “Y no quería que ustedes se perdieran esta posibilidad”, dijo sobre la entrega aunque se comprometió a “triplicar esfuerzos” trabajando desde el lugar donde se encuentre. Por último, se disculpó con las directoras por no haberlas consultado ya que sumó como obsequio dos pelotas y un conjunto de camisetas para cada escuela. Las docentes agradecieron el gesto y contaron que justamente en uno de los establecimientos que Accastello visitó en las primeras horas de la mañana (Martín Fierro, de “El Caburé”), los niños estaban contentos porque había arribado una valija viajera llena de libros (70) y preguntaban por pelotas de fútbol. “Así que imaginate la carita de ellos cuando el lunes lleguemos a la escuela con todo esto. Ojalá ellos (los funcionarios) pudieran vivenciar esas emociones”, dijo Marisel Guerra, la directora.
“Es lo que esperamos toda la vida, ya imagino la cara de los chicos porque si bien la cooperadora trabaja por todo lo necesario, se hace difícil comprar más libros”, expresó Elsa Balbo Mosseto, de la Escuela Fray Venancio Taborda.