Desazón y tristeza, podrían sintetizar el estado de ánimo de los integrantes del grupo "Jóvenes por la Vida", impulsores durante el último fin de semana de eventos de prevención y concientización acerca de la problemática vial.
La escasísima presencia de instituciones educativas en la charla que se propuso en la UNVM junto a Julio Ambrosio, titular de la Fundación "Laura Ambrosio Battistel", y la magra concurrencia de manifestantes a la "Marcha por la Vida", impactó de mal modo en los entusiastas organizadores.
"Queremos que Villa María nos apoye. Ayer (por el domingo) tuvimos una movilización donde fueron quince personas. Si la gente no toma conciencia y ni siquiera le interesa participar de una caminata, qué podemos esperar a la hora de propuestas para detener las muertes en accidentes de tránsito", subraya Nery de dieciséis años, alumno del IPEM Nº 275 que se sumó a la causa tras el fallecimiento de uno de sus mejores amigos.
"Me sentí muy mal luego de observar la ausencia de los colegios de la ciudad en la jornada del sábado. Estas actividades las hacemos para todos y no sólo para nosotros. Nos movilizamos porque los accidentes y muertes de chicos nos pegaron muy fuerte", explica a su turno Florencia, otra de las miembros de la organización.
"El cambio empieza por uno pero también sentimos la responsabilidad de hacer cambiar a otros. Por eso apostamos a la sensibilización y concientización", agrega la estudiante del IPEM Nº147.
La indiferencia sobre el tema fue vivida en carne propia por los chicos que no sólo encontraron resistencias de todo tipo en algunos establecimientos escolares (a los que llevaron afiches y fichas de inscripción para alumnos) sino que además observaron como muchos, en las calles, observaban la marcha como si se tratara de algo extraño a la realidad que diaria y lamentablemente nos golpea.
"Hicimos una marcha por la vida, caminamos dos cuadras y nadie nos quería acompañar. Incluso gente que estaba en la plaza (donde terminó la caminata) tampoco quiso sumarse. Sinceramente, no pude entender que pasaba, sentí que no tenían amor por la vida", manifestó la reporteada.
“Yo comencé a participar de los “Jóvenes por la Vida”, luego de vivir algo trágico y entender que algo debía hacer para prevenir accidentes. Lo que nos ha pasado me demuestra que hay poco compromiso y amor”, remata Nery.
Los testimonios de los chicos y su mala experiencia son un llamado de atención a la conciencia.
“Sin el esfuerzo de todos no va a ser posible lograr los cambios que necesita nuestra sociedad”, concluyen los jóvenes entrevistados, lanzando un mensaje que los ciudadanos debemos comenzar a valorar y respetar.