De acuerdo a informe suministrado por María Carranza de Giovanini (una playosense promotora de la iniciativa), tuvo importante resultado la visita de asistencia espiritual realizada recientemente por los misioneros del “Jesús Misericordioso” (representando a la Diócesis de Villa María) con destino a la ciudad de Tintina (Santiago del Estero).
La mujer de La Playosa destacó que “la misma obedeció a una invitación cursada por el obispo de Añatuya, quien me requirió la posibilidad de una misión, ofreciendo dos opciones que eran Tintina o Campo Gallo, dos localidades de la provincia norteña”. “De inmediato lo comuniqué al obispo Monseñor José Ángel Rovai y al asesor padre Pedro Fagoaga, siendo su respuesta afirmativa y categórica: vayan en nombre de Dios a anunciar el Evangelio”.
“Comenzamos a organizar la visita” -prosigue la misionera- “con ayudantes y colegas de coordinación provenientes de La Laguna y Dalmacio Vélez, mientras que los demás componentes que totalizan la cantidad de 30, se integraron desde distintas poblaciones y ciudades de esta Diócesis, como grupo estable que constituimos el ente de Jesús Misericordioso”.
Indicó Carranza “que optamos por Tintina, un lugar donde no se había misionado todavía. Y partimos el 18 de octubre; arribamos sin inconvenientes al lugar, con una temperatura de 45 grados al sol; el clima extremo no fue obstáculo para que cumplamos la tarea específica misional casa por casa, tomando contacto con los pobladores del lugar anunciando la filosofía del Evangelio y fortaleciendo la prédica de que Jesús es amor”.
Reconoció “que fue difícil el primer contacto con los habitantes, pero gracias al trabajo significativo del presbítero del lugar Mario Boggetti (quien estuvo siempre a nuestra disposición), pudimos cumplir con la totalidad de las visitas, con un panorama que expone en muchos lugares carencias o necesidades elementales, como hogares sin agua, luz y otros insumos básicos”.
Elogió a los lugareños por su actitud: “Corazones humildes, pero dispuestos a recibir el mensaje evangélico, y en algunos domicilios hasta nos invitaron con comidas típicas del lugar, ofreciéndola en gesto de gran generosidad”. Agregó que cumplimos con todo lo planificado y damos gracias por haber asumido el gran mandato de Jesús, que esencialmente indica: “Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Noticia”. “En realidad”- prosiguió- “fueron seis días de trabajo sin pausas, el contacto personal y el aprecio recibido con la gran disposición de los santiagueños fue clara respuesta a nuestros designios”.
En la evaluación derivada del trabajo integral, Carranza lo definió como “una experiencia inolvidable, todos coincidimos en valorar los resultados obtenidos, que fueron comunicados de inmediato al señor obispo José Rovai”. “Así quedó plateado el ideal de continuar nuestra gestión misional a donde Dios nos llame; y personalmente debo reconocer como coordinadora y en ello agradezco a Dios que este año pude vivenciar personalmente dos realidades absolutamente distintas: por un lado el Vaticano y la Santa Sede con su esplendor y acá un lugar un tanto olvidado de nuestra Patria con sus necesidades, como si hubiera encontrado al verdadero Cristo sufriente”, concluyó.