Ricardo Tigero, propietario de Betel, dijo que lo que están viviendo con las agresiones que él le atribuye al gremio de transporte “representan hechos incalificables. Creo que es la muestra de la impotencia que sienten los que no tienen razón y recurren a estos métodos”.
“Nosotros estamos prestando el servicio porque la Justicia y la Secretaría de Trabajo están haciendo bien las cosas y nos garantizan la custodia para no afectar a los pasajeros”, dijo.
Admitió que son despedidos los empleados que no se presentan a trabajar en medio de lo que considera una medida de fuerza ilegal, porque se cumple en el marco de la conciliación obligatoria.
“Le aseguro que cuando analizamos las diferencias que reclama el gremio en la liquidación de los sueldos, puede representar en algunos casos, como máximo, 100 pesos, algo que es corregible. Pero ellos piden casi dos millones de pesos, que no se de dónde sacan, por lo que tendrán que estar expuestos a las penalidades y multas que fija la ley para estos casos”, argumentó.
“Es una demanda inventada, tan desproporcionada que cualquier profesional del derecho sabe que no tienen razón y que persiguen otro fin”, dijo, insistiendo en la hipótesis de que el objetivo de AOITA es que se venda Betel a otro grupo empresario relacionado con el gremio.
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