A las dos y media de la madrugada dos disparos sonaron y los vidrios de la portada de la empresa Betel se partieron tanto como la tranquilidad de la noche.
Los vecinos dieron aviso inmediato a los empleados de la firma de Santa Fe 180 y a la Departamental San Martín de la Policía. Los uniformados llegaron a pocos minutos al lugar. Detrás, los trabajadores.
Si bien al peritar el lugar no encontraron los plomos para el análisis de balística, los testimonios arrojaron importantes indicios para la investigación.
La denuncia "por daños" fue realizada ayer en la Fiscalía del Segundo Turno, a cargo de Gustavo Atienza, Secretaría Picco. Esta se suma a otras radicadas en una Fiscalía de Córdoba apenas ocho días atrás.
El titular de la firma de capitales villamarienses, Ricardo Tigero, denunció la semana pasada agresiones diversas y aprietes por parte del gremio de choferes de colectivos, Asociación de Obreros de la Industria del Transporte Automotor (AOITA). Es más, apuntó que un dirigente de ese sindicato lo conminó a vender la empresa.
En una moto
Una motomel roja con dos personas a bordo, ambas usando casco, se perdieron por las calles de la ciudad, saliendo del bulevar España, alejándose de la esquina de Catamarca. Los pibes del quiosco ubicado en esta intersección se exaltaron. Un colectivo de la firma había partido un par de horas antes hacia Buenos Aires, proveniente de la ciudad de Córdoba.
Un auto oscuro sin chapa patente pasó unas cinco veces después por acá, pero los policías no tomaron nota de ello. Es más, el Chevrolet Astra azul, con cristales polarizados estacionó por unos minutos cruzando la calle. Los empleados de Betel aseguran que uno de sus ocupantes es parecido a quien la semana pasada descendió de un vehículo de similares características y rompió uno de los vidrios de un piedrazo.
Estos detalles fueron aportados a los miembros de la fuerza policial anoche, por los trabajadores de Betel y los demás testigos.
Indicaron además que podría tratarse de un arma de bajo calibre, puesto que los proyectiles no fueron hallados, teniendo en cuenta que por su tamaño podrían haber "rebotado", no habiendo continuado su trayectoria hacia el interior del local.
El segundo
Es el segundo atentado que sufre este local de la firma, habiéndose trasladado allí en junio de este año, ya que mucho tiempo estuvo ubicada en la avenida Hipólito Yrigoyen al 200.
Los datos recogidos llevan a pensar que se trata del mismo móvil y no descartan que se trate de la misma serie que Tigero denunciara la semana pasada.
No hay lugar "a robo ni otro motivo, es un atentado", aseguraron a EL DIARIO Mariano Sandrone y Fernando Tumas, trabajadores de Betel, que ayer mostraban su preocupación. "Primero fueron piedras, ahora ya son tiros", indicaron.
Además, tienen asumido que casi a diario la boletería de la empresa en la Terminal de Omnibus de Córdoba capital sea comúnmente blanco de "huevazos".
Escoltados
Los operarios de la empresa de viajes aseguraron que los micros son escoltados por Gendarmería Nacional hasta la avenida Circunvalación, para salir de la capital provincial, por orden de una Fiscalía. De allí, un móvil de la Policía Caminera los acompaña hasta salir del territorio cordobés.
Sin embargo, a pesar de las medidas de seguridad adoptadas, días atrás sufrieron un nuevo atentado a la altura de la ciudad de Carcarañá, en la provincia de Santa Fe.
LAS FOTOGRAFIAS
1) El orificio en uno de los paneles de cristal del frente del local. No se hallaron las municiones
2) El cristal plastificado todo partido, evidencia de la violencia
3) El frente del local, donde uno de los empleados explica a otra persona sobre lo sucedido
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