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El padre Gustavo Gatto fue una guía, al ser el docente de la asignatura en la que se construyó el mensaje - Los adolescentes, de 15 y 16 años, quisieron brindar un mensaje a sus pares a favor de la vida |
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Una sucesión de víctimas fatales a raíz de hechos de tránsito registrados en Villa María caló hondo en ellos. Consternados por las pérdidas de vidas jóvenes, decidieron hacer algo.
Todo se dio en el marco de las clases de Bioética, que son dictadas por el sacerdote católico Gustavo Gatto en el Instituto Inmaculada Concepción. Elaboraron un mensaje en conjunto que comenzaron a socializarlo dentro de la escuela y convocaron a EL DIARIO para, justamente, darlo a conocer a la población.
Este es el pronunciamiento de los alumnos de quinto año de esta escuela secundaria:
Jóvenes debemos amar la vida, porque es el regalo más valioso que tenemos para cuidar y proteger. Por todo lo que nos da: los amigos, la familia, los sueños que creamos en ella y todas las esperanzas que también ponemos en ella. Por eso valora, defiende y cuida tu vida y la de los demás.
Teniendo en cuenta que el término cultura de la vida significa respetar a la naturaleza humana y protegerla, podemos enriquecerla con nuestras actitudes cotidianas, con cada gesto de responsabilidad, compromiso y esfuerzo, descubriendo nuestra propia misión y manifestando hacia los demás una acción de bondad. Como jóvenes somos capaces de comenzar desde las acciones más sencillas, brindando ayuda a quienes nos necesitan aceptando los límites dados y sobre todo llenando nuestras vidas de cosas positivas que nos favorezcan como personas.
Ciertas veces no tenemos apoyo de nuestros padres o de la sociedad, pero con la entrega de cada uno se puede y estamos capacitados para llevar esta responsabilidad hacia delante, porque juntos construiremos un futuro mejor.
La mayoría de los adolescentes no respetamos los límites que nos marcan nuestros padres o personas mayores, capaz que algunos adultos nos dan demasiada libertad a muy temprana edad y no nos reprenden y aconsejan en el momento adecuado causando así consecuencias en nuestras acciones y en el futuro.
El alcohol y las drogas se han convertido en un factor clave y atractivo para algunos de nosotros, quienes recurrimos a ellos con el propósito de sumarle diversión a la diversión. Estas adicciones son consumidas quizás por carencia de afectos o esa idea de llevarse el mundo por delante. Pero es importante que sepamos que no depende de ciertas sustancias para disfrutar un momento, todo lo contrario, mejor la pasamos cuando realmente somos nosotros mismos con nuestras virtudes y defectos.
La mayoría de los jóvenes que están inmersos en el mundo de las adicciones sienten un gran vacío en su interior que los aísla de sus vínculos afectivos más importantes, ante esto debemos sacarnos las vendas de los ojos y ver qué podemos hacer por aquellos que están pasando por ese momento, ofreciéndoles nuestros oídos y aconsejándolos que se dejen llevar por el sendero de la luz y no de la oscuridad. En la actualidad existe un amplio abanico de posibilidades, ya sea talleres, deportes y grupos que alejan la adicción y le hacen descubrir el verdadero sentido de la vida y recuerda que todo es posible si de verdad lo intentas.
Es importante sentirse bien con uno mismo ya que en esta etapa, la adolescencia, es fundamental tener en cuenta los valores, nosotros, como la familia y los amigos; además saber cuáles son nuestras virtudes y límites frente a las distintas situaciones de la vida. Esto a lo largo de nuestra vida nos hace mejor persona y ante alguna decisión poder elegir el mejor camino.
Como jóvenes tenemos muchos y diversos motivos para decirle Sí a la vida, comenzando por Dios, que es quien siempre camina con nosotros, regalándonos la familia, que son quienes nos ayudan, aman y acompañan; los amigos, aquellas personas con las que compartimos momentos buenos y malos, que nos ayudan a formarnos día a día en mejores personas.
Sabemos que somos la esperanza y los adultos del futuro, pero lo más importante, somos el presente. En las decisiones de todos los días vamos forjando nuestro mañana.
Cómo se hizo
El padre Gatto recibió a EL DIARIO y explicó que tras hechos de tránsito con consecuencias fatales, le propuso a los chicos elaborar un mensaje. Se trabajó en tres clases.
“Lo importante es que es un mensaje nacido realmente de muchas opiniones, todos tuvieron voz, todos pusieron su granito de arena. Yo sólo fui el que impulsó o guió, pero no intervení más que eso. Nace de sus corazones”, resaltó. Primero plantearon 24 interrogantes, los votaron y quedaron ocho. Se conformaron entonces ocho grupos (son 30 estudiantes en total). Cada grupo trabajó sobre una pregunta y luego juntaron todas las reflexiones, las que resultaron “muy interesantes”. “Probablemente se repitan palabras, lo que se da precisamente por el trabajo de muchas manos, de muchos corazones”, dijo el cura.
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