Un incendio de considerable magnitud se registró ayer a la siesta en el depósito de una chacarita, en barrio General Roca de esta ciudad.
Eran las 14 cuando la sirena de los Bomberos Voluntarios dominó el aire caliente de la Villa. Anunciaba que siete unidades, cuatro regadores y 47 efectivos salían del Cuartel para acudir a la esquina de Castelli y Chiclana, donde se encontraba almacenada gran cantidad de plásticos, cartones, papeles y otros materiales que se estaban incendiando.
Se desconocen los motivos por lo que se inició el fuego pero, cuando llegaron los servidores públicos para hacerse cargo de la situación el viento había avivado intensamente las llamas y una alta columna de humo tóxico, en virtud de los distintos plásticos que estaban ardiendo, dominaba el aire.
Eso no impidió que una veintena de curiosos se acercara a la casa de Marcelo Martínez (41), propietario de la chacarita siniestrada para seguir atentamente el accionar de los efectivos.
Importante daños materiales causó el fuego, no sólo en el depósito en cuestión sino también en la vivienda que colinda con la chacarita, donde reside el propio Martínez.
Al menos una pared de la casa fue muy afectada por las llamas y el intenso calor. Los expertos arriesgaron que, tal vez, el mencionado muro termine cayéndose.
Afortunadamente, no hubo que lamentar heridos como consecuencia del siniestro.
Por espacio de tres horas batallaron los bomberos contra las llamas y el humo hasta que lograron dominar completamente la situación y garantizar que el fuego no se reavivaría.
Según datos recogidos en el lugar por un cronista de EL DIARIO, el incendio no cobró mayores proporciones porque el viernes por la tarde el chacaritero había vendido gran parte de los materiales que almacenaba en el galpón.

LAS FOTOS:

Foto 1: bomberos atacan una montaña de materiales a punto de comenzar a arder
Foto 2: efectivos sobre el techo de la vivienda que resultó afectada por la alta temperatura causada por el fuego
Foto 3: desde la calle, trazan el plan de acción para combatir las llamas que castigaban la vivienda