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Secreto. Absoluto secreto. Palabras que sirven para definir la actitud que tomó el intendente Eduardo Accastello con respecto a los nombres del próximo Gabinete.
Con una postura similar a la adoptada por el gobernador José Manuel de la Sota y la presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner, el jefe de la comunal está armando, casi en soledad, el tablero de los próximos cuatro años y aún no ha dejado trascender ninguna de las figuras que cubrirán los casilleros.

“Al Gabinete lo voy a anunciar un día antes de asumir”, dijo sonriendo días atrás a quien escribe esta columna.
Tal vez, el anuncio llegue unas horas antes. Accastello prestará juramento, tal como anticipamos en EL DIARIO, el domingo 11, a las 20, en la explanada de la medioteca.
Y a una semana de dicho acto todo lo que se comenta sigue formando parte del rubro de las especulaciones.
El titular del Ejecutivo que asumirá su tercer mandato en el Sillón de Viñas, segundo consecutivo, pasó el fin de semana hablando con la mayoría de los integrantes de su equipo.

Escuchó las inquietudes y fue armando el diagrama de una estructura, que de acuerdo a los comentarios, será más reducida, más concentrada.
¿Quiénes pueden estar en el Ejecutivo ocupando lugares claves?
Reiteramos lo que ya tiramos tiempo atrás en esta misma columna.
El titular del Instituto Municipal de Inversión, José Carignano (fue electo concejal) estaría instalado como uno de los hombres fuertes del esquema que apuntalará a Accastello en el próximo mandato.
Con diversas obras en marcha, trámites iniciados en la Nación y licitaciones en puerta, el Instituto necesitaría la continuidad del contador que tiene un bajo perfil y ha cumplido, sin inconvenientes, la función encomendada por
el intendente.
Carignano es, además, un kirchnerista de la primera hora. Su agrupación “20 de Diciembre” apostó fuerte en 2003 por la candidatura de Néstor Kirchner.
Muchas cosas juegan a su favor para seguir en el Ejecutivo y hasta para absorber la Secretaría de Desarrollo Urbano.
Sin embargo, la última palabra todavía no fue dicha.

Javier Suppo, otro alfil entre las blancas accastellistas. Presidió el Concejo Deliberante cuatro años, remplazó al intendente en sus licencias y pudo apuntar al final de su gestión la aprobación de uno de los temas más polémicos de la gestión: el canje de Plaza Ocampo con once votos.
“Accastello empezó con siete concejales y terminó con once”, señalan las lenguas filosas. Creced y multiplicad.
La oposición en el Deliberante perdió su rumbo en los últimos meses y fue un comensal más de la mesa servida del oficialismo.
Suppo no repite en la banca y su pase a la primera línea del Ejecutivo es casi una certeza que está en compás de espera.

Gerardo Russo, presidente del PJ y trabajando para agregar servicios en el partido es otra pieza artesanal. Diversas señales hacen presumir que no seguirá al frente de la Universidad Popular y que podría asumir otro tipo de funciones en el Ejecutivo más relacionadas al ámbito territorial o social.
Entre las damas que
podrían seguir en su cargo está la secretaria de Economía y Finanzas Verónica Navarro.
Navarro, al igual que Carignano, fue electa concejal. ¿Pedirá licencia en la banca o continuará en el Ejecutivo?
Por ahora, es una incógnita.

Mildren del Sueldo, Mónica Lazos y Mauro Beltrami son concejales electos.
Los tres, según comentarios al paso, irían a la Casona de Pereira y Domínguez.
Dejando en un halo de misterio quiénes ocuparán esos cargos.
Nada está asegurado. Pero, Accastello tiene un número significativo de dirigentes preparados para ocupar los diversos espacios, más allá de las internas que siempre rondan los pasillos del poder.

Verónica Vivó, Hugo Fernández, Ricardo Borsato son algunos de los numerosos nombres (que no fueron electos) a disposición para los próximos años. Están, además, los jóvenes y no se descarta que pueda haber una sorpresa, de esas que al titular del Ejecutivo le gusta tener en la manga.