“Gracias ‘Chochi’ por volver a realizar esta obra”, dijo Rubén Mirgoni, uno de los consciptos de la Clase 1941, en nombre de sus “amigos, compañeros y las chicas”, ya que todos reconocieron que sin el aporte de la comisión de Damas de aquel entonces, “hubiera sido imposible”.
En esos recuerdos de 1960, cuando surgió la idea que vio la luz un año después, giró el acto. Las concejalas Flavia Almada y Marta Acuña entregaron un ramo de flores a María Luisa Romera, en representación de las mujeres, que junto a esos muchachos que partían a cumplir con el servicio militar obligatorio organizaron kermeses y bailables para recaudar fondos en pos de tan simbólica obra. Fue el deseo de “dejar algo que se perpetuara en la historia del pueblo”, resumieron los memoriosos que mencionaron además a “los albañiles Peretti y Brussa” como quienes dieron forma a la mole de cemento que fue demolida el 24 de diciembre de 2009, tras sufrir varios golpes de camiones. El arquitecto Marcelo Serafini fue el encargado de renovar el proyecto, con mayor altura, pero respetando la idea original.
Sin palabras. En el acto de ayer, no hubo discurso por parte del intendente Ludovico Juan Anastasía. El jefe comunal fue recibido con aplausos por unas 200 personas presentes cuando el reloj marcaba las 20 (después llegó más público). Acompañado de un hijo y un bastón, Anastasía se ubicó en la primera fila junto a los intendentes visitantes y allí recibió muestras de afecto. Las palabras primero del comisario Ernesto López agradeciendo el apoyo del municipio y luego del presidente del Concejo Deliberante, Víctor Hugo Laborie, fueron el prólogo del mensaje proyectado a través de un audiovisual que repasó obras de la gestión 2007-2011, la que finaliza el sábado próximo por la mañana.
Luego, otra proyección con la primera construcción y la segunda. De inmediato, integrantes de la Clase 41, de la comisión de Damas y autoridades municipales encabezadas por el intendente descubrieron una placa y realizaron el corte de cintas, para que por fin la moderna luminaria del nuevo arco se encendiera, ganara en la emoción y acabara con el duelo. Los fuegos artificiales iluminaron los rostros del pueblo que se reunió en el portal de ingreso, el que se muestra como insignia para los viajeros de la ruta nacional 9, pero también el que da la bienvenida a los que vuelven a la localidad.